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Mazonovo lidera un proyecto para recuperar la fabricación de trompas

“Somos una zona casi única de España donde se tocó y se elaboró este instrumento”, dice el grupo asturgalaico que promociona el arpa de boca

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Mazonovo lidera un proyecto para recuperar la fabricación de arpas de boca

El concejo lucense de Fonsagrada comparte con los asturianos de Taramundi y Santa Eulalia de Oscos un bello bosque autóctono de avellano denominado Avareira. No había nombre mejor para bautizar al proyecto que lideran los ferreiros del mazo santallés de Mazonovo Friedrich Bramsteidl y Paz Prieto, el navalleiro y músico taramundés Juan Carlos Quintana y el músico fonsagradino Daniel do Pando, con el objetivo de recuperar un instrumento tan singular como desconocido en el Principado: la trompa o arpa de boca.

El proyecto Avareira recoge una tradición y un saber ancestral que pervivió en el occidente de Asturias y el oriente de Galicia al abrigo de las muchas fraguas del territorio. “Es un instrumento muy popular en el norte de Europa y que está directamente relacionado con los herreros, sobre todo con los fabricantes de cuchillería. Tiene una lengüeta que es de acero y para hacerla se usan más o menos los mismos útiles y técnicas que para hacer una navaja, por eso, probablemente, se mantuvo la tradición viva aquí”, dice Quintana.

Una trompa. | Eloy Couceiro

Cuentan los promotores que el maestro gallego Oliverio Álvarez fue el último fabricante de trompas de este territorio asturgalaico, así que era necesario continuar el legado. Tras muchas horas de trabajo han ideado un instrumento de estudio, que mantiene intactas las características sonoras tradicionales, pero que actualiza y abarata la técnica constructiva. Se comercializa en tres tonalidades (do, la y si bemol) y está elaborado en Mazonovo con acero inoxidable, aunque quieren experimentar con tonos y materiales.

Paz Prieto, tocando. | Eloy Couceiro

“Es un instrumento curioso, que mucha gente no conoce. Es fácil de hacerlo sonar y difícil hacerlo bien”, añade Quintana, que sueña con que los niños de la comarca lo descubran. “Estaría bien que sepan que existió y que somos una zona prácticamente única en España con tradición de fabricar y tocar la trompa, lo que es un activo muy interesante”, apunta. En esta pata del proyecto será clave el papel de Do Pando, maestro e instructor de trompa. Está empeñado en que no se pierda el legado y “que el máximo de gente” se anime a experimentar con un instrumento muy arraigado en la zona, aunque la razón de su llegada sea aún “un enigma”.

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