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Simulacro explosivo en Arnao

La Armada realiza una práctica en la ensenada castropolense: “Cualquier persona que halle un artefacto debe avisar a las fuerzas de seguridad”

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EN IMÁGENES: Así fue el simulacro explosivo en Arnao Tania Cascudo

Esta historia comienza con una llamada a la Policía local de Castropol de un buceador deportivo que ha encontrado sumergido en la ría del Eo lo que podría ser un antiguo proyectil de la Guerra Civil. Y es el inicio de una operación simulada que ayer se desarrolló en la ensenada de Arnao y que se enmarca en el ejercicio anual de seguridad marítima Marsec-22 con el que la Armada, Salvamento Marítimo, Vigilancia Aduanera, la Secretaría General de Pesca y la Cruz Roja buscan mejorar su coordinación en las operaciones marítimas.

En todo el país están previstos trece ejercicios a lo largo del mes. El de Arnao, liderado por la Comandancia Naval de Gijón, resultó un éxito. El comandante naval de Gijón, Luis Márquez, hizo hincapié en la importancia de este tipo de actividades “puramente de adiestramiento” para lograr que todos los organismos trabajen “coordinadamente y de manera complementaria”. Señaló además que las operaciones para desactivar munición sin detonar son “relativamente frecuentes”. En este sentido, dejó claro que “cualquier persona que encuentre un artefacto debe avisar a las fuerzas de seguridad” porque “aunque sea antiguo puede tener capacidad de explosión, siempre hay un riesgo”.

Lozano y el comandante Luis Márquez supervisan el trabajo de los buzos en la ría.

Si el artefacto hallado está bajo el agua es “capacidad exclusiva” de la Armada. En este caso se ocupó la Unidad de Buceo de Ferrol, dirigida por el comandante Ángel Lozano, quien explicó detalladamente su papel. Dijo que se suele optar por “neutralizar” el artefacto en lugar de destruirlo in situ para evitar daños al medio ambiente. Esa neutralización se hace con un procedimiento denominado “low order”, que consiste en la quema del explosivo a muy poca velocidad. A continuación, se extrae y se lleva a un lugar seguro. En el caso de este simulacro, al campo militar de tiro de Parga (Lugo).

Detalle del artefacto.

El equipo de buzos usó ayer un robot muy avanzado con capacidad para intervenir hasta a doscientos metros de profundidad y que puede enviar señal de vídeo en directo. “Es un elemento fantástico”, señaló Lozano satisfecho con la “visibilidad perfecta” del fondo marino.

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