La “catedral” de Portizuelo

Los expertos abogan por crear un geoparque sobre las pizarras de Luarca, espectaculares en la playa que inspiró a Severo Ochoa

El grupo participante en la visita guiada, frente a la bóveda de la denominada «catedral de las pizarras» de Luarca. | Tania Cascudo

El grupo participante en la visita guiada, frente a la bóveda de la denominada «catedral de las pizarras» de Luarca. | Tania Cascudo / T. Cascudo

Luarca (Valdés)

La playa de Portizuelo, en la costa luarquesa, es conocida por haber sido uno de los lugares preferidos del Nobel valdesano Severo Ochoa. Al laureado investigador le gustaba decir que en esta imponente cala encontró la inspiración para profundizar en los secretos de la vida. Pero esta playa guarda también su propio secreto, por ser uno de los enclaves más espectaculares para observar las conocidas pizarras de Luarca. De ahí que los expertos le añadan al lugar el sobrenombre de “la catedral” de esta formación geológica tan singular localizada al noroeste de la península ibérica.

En los círculos, diferentes momentos de la visita guiada a la emblemática playa  valdesana. | T. C.

Un momento de la visita guiada a la emblemática playa valdesana. | T. C. / T. Cascudo

En el ala oeste de Portizuelo se esconde un imponente acantilado, de unos ochenta metros de altura, en cuya parte superior afloran las pizarras creando una especie de bóveda y, bajo ellas, unas cuarcitas blancas “muy espectaculares” que forman parte de la denominada Serie de los Cabos. “Los materiales más modernos siempre están arriba, aunque las pizarras de Luarca no tienen nada de modernas, porque tienen una antigüedad de unos 480 millones de años”, subrayó el geólogo valdesano Alberto Urrusuno, encargado de guiar ayer una ruta promovida por la asociación Más Luarca Valdés.

La “catedral” de Portizuelo

La “catedral” de Portizuelo / T. Cascudo

El colectivo lleva desde 2019 embarcado en dar a las pizarras de Luarca la relevancia que se merecen, creando un geoparque, espacio que impulsa la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). La visita guiada y varias actividades más se programaron con motivo de la Semana Europea de los Geoparques.

La “catedral” de Portizuelo

La “catedral” de Portizuelo / T. Cascudo

“Es un paisaje muy peculiar que no se puede encontrar en prácticamente ningún sitio. Cuenta con una estructura abovedada impresionante”, subraya Urrusuno, convencido de las posibilidades que tendría para Valdés la creación de un geoparque. “Ofrece una potencia de desarrollo muy grande, porque el ecoturismo está creciendo y dentro de él se enmarca el geoturismo. Además, los geoparques tienen en cuenta el desarrollo sostenible integrando aspectos medioambientales, pero también económicos y sociales”, precisa este profesional.

En su explicación, el geólogo contó que lo que se aprecia en el acantilado de Portizuelo es la consecuencia de la colisión de continentes registrada hace trescientos millones de años. Esa energía del choque se aprecia en la infinidad de “capas plegadas y replegadas” que hoy muestra la roca. Además de los pliegues y los diferentes materiales, el acantilado permite contemplar una falla “que pone a la pizarra chocando con la cuarcita”. La infinidad de datos que ofrece esta “catedral” constituyen la razón por la cada año peregrinan al concejo de Valdés decenas de estudiantes de Geología, que encuentran en la costa valdesana el mejor lugar para entender la evolución de las cadenas montañosas clásicas.

Pero, además de toda la información que esconde sobre la evolución humana, Portizuelo es un lugar que impresiona y es una playa de culto para muchos amantes de la naturaleza. “Antes de la fotografía ya venía mucha gente aquí a inmortalizar el momento y, por eso, hay una formación rocosa que se llama el óleo furao, denominado así por la cantidad de gente que venía a pintarlo. Paisajísticamente es un lugar muy espectacular”, añade Urrusuno.

Con él coincide el presidente de la asociación Más Luarca Valdés, también geólogo de formación. Marino Guardado está convencido de que crear el geoparque “Pizarras de Luarca” sería un revulsivo para el municipio. “En España hay quince geoparques, ninguno en Asturias. Funcionan maravillosamente bien y han transformado económicamente y socialmente los municipios donde están instalados. No hay que inventar nada ni hacer grandes inversiones porque es simplemente observar la naturaleza”, apunta.

El colectivo quiere recuperar el apoyo del Gobierno local para desarrollar un proyecto y pedir una ayuda a Europa para su desarrollo. “ Es algo que funciona en otros sitios y queremos que lo que funciona en otros lados funcione también aquí”, concluye Guardado.

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