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Luarca, "a reventar de gente", se emociona con la celebración del Rosario

"Le pedimos que nos guarde y nos deje llegar a puerto todos los días", ruegan los marineros valdesanos a su patrona, que presidió el saleo

La Virgen embarca en «El Cacharelo» para realizar el tradicional saleo marítimo. | T. Cascudo

Como si el Cantábrico quisiera sumarse a la celebración, la costa valdesana amaneció ayer en calma –"preciosa"– para permitir que Luarca rindiese tributo por todo lo alto a la Virgen del Rosario. Subida a bordo de la embarcación "El Cacharelo" y escoltada por una veintena de lanchas, la venerada imagen presidió el tradicional saleo, una de las citas más emblemáticas de esta celebración declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional. La capital valdesana, a reventar de gente, vibró como nunca con su entrañable e histórica fiesta marinera.

"Es un día muy emocionante y emotivo en el que te acuerdas de la gente que no está. Para los pescadores, el Rosario es como el comienzo del nuevo año, cuando haces balance de lo bueno y de lo malo, un día especial", señaló el patrón mayor de Luarca, Manuel Jesús Iglesias. Esta edición es doblemente especial para los pescadores, pues la Cofradía de Nuestra Señora del Rosario asumió la organización de los festejos al ver que no se formaba ninguna comisión vecinal tras el parón pandémico.

Confían desde la cofradía en tener relevo el año próximo pero, de no ser así, seguirán tirando de la fiesta. "Si hace falta, lo haremos porque los pescadores no nos vamos a quedar sin festejar el Rosario", añade el patrón mayor.

A su patrona, los marineros le rogaron protección en su duro quehacer diario. "Le pedimos que nos guarde, que nos deje llegar a puerto todos los días y con el jornal diario, nada más que eso pedimos", subrayó Iglesias.

La procesión, que se tuvo que celebrar en horario de tarde a causa de la marea, partió a las seis y media de la iglesia parroquial y recorrió el paseo del muelle en compañía de cientos de devotos. Tampoco faltó el alcalde valdesano, Óscar Pérez, quien expresó su satisfacción por la recuperación de las fiestas tras la pandemia. "Es motivo de alegría que se recuperen y volver a tener más o menos el programa habitual. Son unas fiestas como las de antes de la pandemia y en Luarca estos días se respira felicidad", indicó.

Aunque el regidor no dispone de datos oficiales de afluencia hasta que se cierre el mes, las expectativas turísticas de agosto son buenas. "Luarca está estos días a reventar de gente y eso es una buena noticia, las impresiones por el momento son buenas", señaló.

Tras echar el telón del Rosario, Luarca calienta motores para San Timoteo.

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