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El ajedrez mueve en Trevías

Sesenta jugadores de distintas procedencias se concentran en Valdés para competir en un torneo "único y especial" con 28 años de historia

Sala donde se celebran las partidas, en el colegio de Trevías. | A. M. Serrano

Cumple el club de ajedrez Valdesva 40 años y lo hace con salud. Prueba de ello es el exitoso torneo que organiza cada año desde hace 28, el mismo que ayer, domingo, llenó el colegio público San Miguel de Trevías de profesionales de este deporte de distintos puntos de España.

El presidente del club, Pablo Suárez, explica que detrás de todo ello hay mucho trabajo. El ajedrez tiene "mucho tirón en Trevías" por algo. Y la historia lo refrenda. Es en esta localidad valdesana donde hace años, gracias al afán y trabajo del difunto Alberto Oria empezó a organizarse un campeonato más bien amateur que hoy es "único" en la zona rural de Asturias. Con una impecable organización, la cita fue ganando prestigio y adeptos. El paso del tiempo y la insistencia del encuentro (ni tan siquiera en época de pandemia se cayó del calendario) lo hicieron, además, "muy esperado" para muchos.

Hace varias ediciones y siempre con la meta no de perder tirón, se cambió el formato para emular al campeonato que se celebra en Wijk aan Zee, en Holanda. Cada jugador, de los sesenta que se concentran el fin de semana, juegan tres partidas y lo hacen por grupos con niveles asignados. "La idea es concentrar lo que antes se celebraba en una semana en un fin de semana", detalla Suárez. De esta forma casi se aseguran seguidores y profesionales. Los niveles hacen también que los jugadores se sienten en la mesa "más motivados".

Abel Torre, ante un tablero de ajedrez, ayer, en Trevías. | A. M. Serrano

El ajedrez "en general, aunque no lo parezca, interesa mucho", confiesa Suárez, pues en Asturias tiene "mucha tradición". Trevías es además una referencia. "La gente hace el esfuerzo de venir y nos tiene cariño", detalla Suárez, quien muestra con alegría el "lleno" que cuelga una de las salas del colegio público treviense en referencia a la elevada participación.

Es allí donde en silencio se disputan las partidas. Las protagonistas son personas de todas las edades, concentradas al máximo en hacer su mejor jugada. "Al final, así también se trabaja por la España Vaciada", confiesa, por su parte, Martien Hellinga, tesorero del club y otra de las personas que gracias a su ejemplar implicación hizo posible que el ajedrez tenga sede en Trevías.

"Imágenes como esta no se ven en otros lugares de Asturias; por ejemplo, no existe nada igual en el Oriente, esto es algo único", dice, para añadir a continuación que el juego también "aporta" para la vida. "Te enseña estrategias y a diseñar un plan, a buscar tu mejor alternativa", apunta.

Por la escuela del club han pasado más de 700 personas, muchas de ellas menores. Hoy en día la asociación no tiene infraestructura para desplazar a un monitor a todos los lugares donde son reclamados, pero el colectivo de Trevías no pierde la esperanza y sigue esperando hacer cantera porque lo que "más preocupa a un presidente es el revelo", indica Suárez.

En las salas destinadas al juego son muchas las personas que, llegadas de otros puntos de Asturias y de otras comunidades, agradecen la labor que se hace en Valdés. Iván Torres es de Gijón y del torneo de Trevías destaca "el sitio y el trato de la organización". Empezó a jugar con siete años y siempre que puede dedica una parte de su tiempo libre al ajedrez. Merece la pena porque cada partida "es un reto", el juego en sí "te hace pensar" y "siempre intentas superarte".

Pablo Suárez y Martien Hellinga, sobre un tablero gigante para animar a los más pequeños a iniciarse en el ajedrez. | A. M. Serrano

Iván Torre es de Madrid y es uno de los jugadores que participa en el torneo de Trevías de la mano de la Federación Española de Deportes para Ciegos, que trae a Trevías a siete de sus jugadores federados. En este caso, practican y compiten con un tablero adaptado. Tiene relieves para conocer el color de las casillas y puntos sobre las piezas de color negro para poder diferenciarlas de las blancas. "El ambiente es agradable y de este lugar también me gustó la comida", apunta Torres sonriendo.

Mauro Álvarez tiene 13 años, es de Llanera y juega desde que cumplió siete años. Como a muchos de sus compañeros de ajedrez le gustan lo retos y en este deporte encontró el camino para tenerlos cerca. Su madre, Rebeca Sánchez, dice que el torneo es especial porque "hay buen ambiente". Además el juego es en sí un aprendizaje para la vida. "Les enseña a manejar el fracaso, a superarse", opina.

Silvia González, de 14 años, es una de las pocas mujeres que participa en la cita deportiva. "Es un gusto venir a Trevías porque nos tratan muy bien y todo está perfectamente organizado", apunta al tiempo que señala que este deporte hace posible la concentración. "Soy inquieta y con las partidas trabajo mucho la atención", indica.

Todas las partidas disputadas en Trevías podían seguirse en tiempo real a través de la Federación de ajedrecistas de España, en la web lichess.org y de un monitor instalado en la sala.

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