Los juristas asturianos Javier Junceda, Miguel Ángel Presno Linera y Leopoldo Tolivar impartieron ayer una clase en el instituto veigueño Elisa y Luis Villamil sobre la importancia y valor de la Constitución española. Además de abordar las fortalezas y debilidades de la Carta Magna, trataron de acercar a los chavales al mundo del derecho porque «está constantemente en nuestras vidas». En este sentido, los expertos defendieron la necesidad de que la formación en Derecho esté más presente en los institutos. Esta ponencia forma parte del programa del décimo cuarto Foro Comunicación y Escuela.
«Sería imposible que alguien llegara a Medicina sin saber lo que es un fémur», señaló el catedrático de Derecho Administrativo Leopoldo Tolivar para subrayar el escaso conocimiento sobre el derecho con el que los jóvenes llegan a la facultad. Coincidieron con él Junceda y Presno, quien aplaudió el esfuerzo del Foro veigueño por acercar esta materia a los jóvenes. «Está presente desde que nacemos hasta que morimos. Cuando vais a comprar algo estáis haciendo un contrato y, desde los 14 años, ya hay responsabilidad penal», subrayó el catedrático de Derecho Constitucional. Presno Linera, natural de Vegadeo, jugó en casa.
La charla llevaba por título «¿Es el momento de reformar la Constitución española?» y ninguno de los tres expertos eludieron la pregunta. Coincidieron en defender el valor de la Carta Magna y también en la necesidad de lograr un amplio consenso para cualquier modificación, aunque disintieron sobre si es más o menos urgente hacerlo. «No es cierto que nuestra Constitución esté obsoleta, ni que urja su reforma por su supuesta inoperancia», defendió Junceda, para quien la española es una de las constituciones «más modernas del planeta».
El abogado, que considera que en la actualidad hay asuntos –como el energético– más urgentes que la reforma constitucional, opina que toda norma puede ser sometida a alteraciones de mayor o menor calado. «Pero estas modificaciones puntuales no deben confundirse con la totalidad de la norma, porque una cosa es renovar un baño o la cocina, y otra echar abajo la casa entera. Quienes postulan una reforma constitucional lo que pretenden es precisamente esto último, sin reparar que eso demanda un consenso rayano a la unanimidad, como precisamente se logró hace ahora cuatro décadas», señaló Junceda, quien tildó de «extravagante» pretender una modificación sustancial de la Constitución sin contar con una «generosa aprobación ciudadana».
Para Tolivar sería «muy conveniente» reformar la Constitución porque hay artículos y preceptos que ya no se adaptan a la realidad española, aunque lo considera «poco factible» en el actual contexto político, donde se «antoja prácticamente imposible» el consenso logrado en 1978. Coincide Presno Linera en que quizás no es el mejor momento, pero duda en que haya una ocasión que sea perfecta.
Señaló Presno que cuesta el cambio porque no hay costumbre de hacerlo como sí ocurre en otros países, caso de Estados Unidos, y porque es complicado hacerlo y requiere amplias mayorías. En este sentido, el profesor veigueño considera que lo primero es cambiar el propio procedimiento de reforma para hacerlo «más factible». Aboga por una revisión al igual que cualquier persona debe hacerse un chequeo médico o un coche debe superar la ITV. «En estos cuarenta años ha cambiado más la vida que en los cien anteriores y, como dijo Thomas Jefferson, las constituciones deben pertenecer a las generaciones vivas», añadió, convencido de que hay que eliminar artículos de la Carta Magna y también «democratizar» más el documento.
En el turno de preguntas se pusieron sobre la mesa asuntos diversos: desde cuestiones tecnológicas al derecho a la vivienda. En este último asunto, los juristas subrayaron la necesidad de crear una ley que lo regule. «En la Constitución está reflejado el derecho a a una vivienda digna y adecuada, a partir de ahí es cuestión del legislador. Lo que hay que hacer, como sociedad madura, es convertir las leyes en algo serio y que respondan a lo que se espera de ellas», indicó Junceda. Otra ley necesaria a ojos de los juristas es la de epidemias. El asunto surgió al hilo de una pregunta de una joven que quiso saber si fue constitucional el estado de alarma decretado por el covid-19.
«El estado de alarma era adecuado, pero algunas medidas excedían lo que se podía hacer», opinó Presno, molesto con que no se aprovechara el momento para impulsar una ley de epidemias. Para Junceda se eligió «la herramienta legal inadecuada», pero coincide con Presno en la necesidad de legislar para estar prevenidos ante nuevas situaciones similares.
