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La vocación no se jubila en el Vega de Rengos

Inés Gómez y Tito Casado, con unas marionetas. | D. Á

La jubilación llegó a los maestros Tito Casado e Inés Gómez a final del pasado curso, pero ellos se resisten a bajar el telón. El teatro es uno de los grandes proyectos que desarrollaron en el colegio público Vega de Rengos, en Cangas del Narcea, desde que Tito Casado llegó al centro como director hace 23 años y para mantenerlo activo han decidido, al menos este curso, seguir al frente del taller. Así que en este mes de noviembre han vuelto a las aulas, aunque a la hora del recreo, para comenzar a ensayar.

«En este colegio desarrollamos proyectos de todo tipo, celebramos todas las fiestas que hay, pero en el teatro somos de bandera y a los alumnos les encanta y les da mucha vidilla», explica Tito Casado. Gran parte del éxito del teatro se logró porque ambos docentes se encargan de crear las obras teatrales adaptadas a sus alumnos, en las que abordan temas costumbristas, ambientados en el pueblo, por lo que son familiares para los estudiantes. Precisamente, de esas creaciones surgieron dos libros donde se recopilan las obras: «Cousas del mio pueblo» y «Outras cousas del mio pueblo», escritos por Tito Casado e ilustrados por Inés Gómez.

Inés Gómez y Tito Casado, con los alumnos de quinto y sexto de Primaria del colegio Vega de Rengos. | D. Á

«Si tenemos 15 niños en el grupo, creamos 15 personajes y los hacemos teniendo en cuenta las habilidades expresivas de cada uno, de la mayor o menor timidez que tengan, pero todos participan y cuando llegan a sexto tienen una soltura asombrosa», asegura Casado.

Además, si algo destaca del teatro que realizan en este colegio es que cuentan con todos los medios teatrales para hacer una gran función, desde focos, megafonía, vestuario adecuado, hasta un gran escenario. De hecho, los profesores cuentan que ya en los primeros ensayos los escolares están ansiosos por verse caracterizados al completo del personaje al que darán vida.

El taller de teatro se desarrolla a lo largo del curso y se aprovechan los días especiales para hacer las representaciones como puede ser el festival de Navidad. Asimismo, antes de la pandemia los alumnos llevaron sus obras fuera del colegio, al pueblo de Moal, una actividad que les gustaría retomar.

«Seguir haciendo teatro en el colegio nos viene bien a nosotros para que no sea una jubilación repentina, para mí no hay mejor crema antiarrugas que los nenos, que estos nenos», asevera Inés Gómez, que llevaba en el centro casi una década trabajando y reconoce que para ella fueron «los años más felices de mi vida profesional, me sentí muy querida y valorada».

Como su propia casa reconoce Tito Casado que es el colegio al que llegó hace 23 años para, en un principio, ejercer tres años de director. «Encontré un clima de trabajo guapo, la relación con los padres siempre fue buena y los críos son especiales, son cariñosos, se respetan, yo no conocí en este colegio ningún caso de acoso, disfrutan de lo que tienen aquí», relata Casado, que asegura que también para el alumnado y las familias el centro estuvo siempre abierto como si fuera su casa.

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