"Fue un buen cura", dice el Arzobispo en el funeral del párroco Constantino Rodríguez

Sanz Montes lamenta el fallecimiento de cuatro sacerdotes este mes y espera "nuevas vocaciones" para dar cobertura a todas las parroquias

Entrada del féretro en el cementerio de Villacondide, en presencia de Sanz Montes. | T. Cascudo

Entrada del féretro en el cementerio de Villacondide, en presencia de Sanz Montes. | T. Cascudo / TANIA CASCUDO

T. Cascudo

Villacondide (Coaña)

El Arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz Montes, presidió ayer en Coaña las exequias por el sacerdote jubilado Constantino Rodríguez Arias, que falleció el sábado, a los 93 años de edad. Se refirió al religioso, en activo durante más de seis décadas, como un "pastor bueno" y destacó "la entrega sincera de un buen cura que con bondad cuidó a su rebaño". El funeral contó con una nutrida afluencia de vecinos que llenaron la iglesia coañesa de Villacondide para despedir "a un vecino muy querido" por todos.

Sanz Montes, acompañado por nueve sacerdotes, recordó la trayectoria de Don Constantino, como era conocido en Coaña y en su Villayón natal. Su primer destino como cura, en 1954, fue en el concejo de Ibias, donde estuvo hasta 1957 y, tras una estancia de cuatro años en Piloña, recaló en Villacondide, en 1961. Durante los primeros años llevó las parroquias coañesas de San Cosme de Villacondide y de Trelles, para incorporar después algunas más como la de Talarén (Navia) o la también coañesa de Cartavio. Se jubiló en 2019, aunque siguió residiendo en la casa rectoral de Villacondide y conviviendo como "un vecino más" con sus feligreses, que destacan su implicación con las actividades del pueblo.

El ex alcalde de Coaña, el popular Salvador Méndez, acudió al funeral y destacó el carácter "servicial" del fallecido, que prestaba especial atención a las personas enfermas de su entorno. "Se preocupaba mucho y también pedía mucho en el Ayuntamiento, porque siempre estaba pendiente de lograr mejoras para las iglesias de las que se ocupaba", recordó el exalcalde.

Sanz Montes contó que precisamente este martes, con motivo de su asistencia a un retiro para sacerdotes que se celebrará en Navia, tenía prevista una visita a don Constantino, a quien definió como "cercano y querido" y destacó su "avanzada y respetable edad no solo en sus años, sino en el ministerio ejercido". Lamentó además su fallecimiento en unas fechas tan especiales, antesala de la Navidad, "en las que no cabría celebrar este tipo de adioses".

Falta de renovación

El jefe de la iglesia asturiana lamentó también la falta de renovación de sacerdotes en la región, donde solo en lo que va de mes y contando al coañés han fallecido cuatro curas. En este sentido, Sanz Montes pidió a Dios que "no los llame tan deprisa" al tiempo que reclamó "nuevas vocaciones" religiosas. Hizo hincapié en el hecho de que las treinta personas que se están formando ahora en el sacerdocio en Asturias son "insuficientes" para cubrir las necesidades de las más de novecientas parroquias del Principado. A modo de broma, contó que, en el viaje a Coaña, el delegado del clero en la diócesis asturiana, José Antonio González Montoto, le planteó emitir un decreto "que no permita que se mueran más curas en dos años".

"Pedimos al señor que no nos abandone y que vengan nuevos hermanos para llamar a la puerta de nuestro seminario. Con la intercesión de Don Constantino, bendícenos con nuevas vocaciones como nos bendeciste con la suya", señaló el Arzobispo.

Al término de la misa, tomó la palabra el arcipreste de Villaoril, Manuel Álvarez, quien, en nombre de la familia, agradeció la presencia de Sanz Montes y de todos los parroquianos que se acercaron a velar el cuerpo del sacerdote, cuya capilla ardiente se instaló el domingo en la iglesia donde tantas veces ofició misa. Los restos mortales del párroco descansan ya en el cementerio de Villacondide.

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