Treinta años del Niño en Cangas del Narcea e Ibias: "Una felicidad tremenda"

La administración de Elena Mathé y Gil Menéndez repartió los 9.548 millones de pesetas del primer premio del sorteo del 5 de enero de 1993

Un vecino, ante la administración de lotería canguesa con el cartel anunciando el Gordo. | LNE

Un vecino, ante la administración de lotería canguesa con el cartel anunciando el Gordo. | LNE / D. Álvarez

Cangas del Narcea

Hace treinta años, tal día como hoy, Cangas del Narcea y San Antolín de Ibias eran una auténtica fiesta. El sorteo del Niño, que entonces se celebraba el 5 de enero, regaba con una lluvia de millones ambos concejos. Había tocado el primer premio. Y no solo eso, la administración número 1 de Cangas del Narcea, Lotería Gil, vendió el número agraciado al completo, con sus 28 series. Se repartieron entre los vecinos un total de 9.548 millones de pesetas. Al cambio en euros, 57,7 millones.

La lotera de entonces, María Elena Mathé, que trabajaba en la administración junto a su marido Gil Menéndez, ya fallecido, recuerda bien aquel número premiado, el 76.372. Había sido ella, precisamente, la que se dio cuenta de que acababan de repartir el premio mientras estaban siguiendo el sorteo y tomando nota. "Estábamos cogiendo los números del sorteo y yo estaba repasando el listado con el dedo cuando, de repente, veo el número y digo en alto está aquí el Gordo. Mi hija, la que sigue con la administración, dio un salto de la emoción, fue tremendo y al momento ya empezó a llegar gente, fue algo muy emocionante", revive Mathé.

María Elena Mathé y Gil Menéndez, en 1993, ante la administración de lotería con el cartel del premio. | LNE

María Elena Mathé y Gil Menéndez, en 1993, ante la administración de lotería con el cartel del premio. | LNE / D. Álvarez

Para la lotera, dar ese premio "fue algo impresionante, porque se repartió una cantidad indecente de dinero". Recuerda que en esa época el Gordo de Reyes tenía, además, un premio especial, lo que incrementaba la cuantía a ganar. "Cada fracción cuarta de cada billete, y cada billete tiene diez décimos, contaba con un premio especial de 125 millones, y los otros nueve décimos estaban dotados con 24 millones. En total, fueron 9.548 millones de pesetas los que se repartieron, porque además no se había devuelto nada. Fue una ensalada de dinero", rememora.

Los décimos premiados se habían vendido en su mayoría en dos bares, en El Caniecho de Cangas del Narcea, que entonces estaba situado en calle La Fuente, y en el bar La Peña, de San Antolín de Ibias. Solo algunos décimos que se habían devuelto a la administración se acabaron de vender por ventanilla.

"Fue una felicidad tremenda. Primero estábamos sorprendidos, pero luego con mucha ilusión porque es precioso repartir tanto dinero", asegura la actual lotera, Carmen Menéndez, que confiesa que a su familia nunca le ha tocado ninguno de los premios repartidos. Sin embargo, sí conoce a premiados de entonces a los que la fortuna les ha vuelto a sonreír con el último Gordo de Navidad vendido en Fonsagrada (Lugo).

Arriba, vecinos de Ibias con un San Pancracio, celebrando el premio. Sobre estas líneas, agraciados, en la misa de Reyes de San Antolín. | LNE

Agraciados, en la misa de Reyes de San Antolín. | LNE / D. Álvarez

El premio fue tan grande y tan repartido que Carmen Menéndez asegura que todavía hoy los clientes siguen recordando ese día. "Es que fue un bombazo, era mucho dinero", remarca. Después de ese premio no tuvieron la suerte de volver a dar tanto dinero. Sí repartieron más premios de lotería, pero ninguno tan dotado ni con tanta repercusión.

No obstante, María Elena Mathé recuerda que siempre fueron una administración de lotería "con cierto prestigio". Cuando dieron el premio del Niño de 1993 ya llevaban doce años abiertos. "Habíamos dado premios, siendo la tercera administración en ventas y la segunda en premios", recuerda.

En Ibias, el que era el alcalde en ese momento, José María Cancio, recuerda la algarabía de ese 5 de enero de 1993. Él también había sido uno de los agraciados. Tenía uno de los décimos premiados compartido y cuenta que antes de poder comprobarlo ya escuchó las campanas de la iglesia repicar.

Treinta años del Niño en Cangas del Narcea e Ibias: "Una felicidad tremenda"

Vecinos de Ibias con un San Pancracio, celebrando el premio. / D. Álvarez

"Había salido del Ayuntamiento para ver el sorteo y cuando pongo la tele al momento sale el número. Cuando llegué a la puerta ya estaban tocando las campanas", asegura.

Cancio se acuerda de que aquellos décimos de lotería habían ido para Ibias el 28 de diciembre y que se vendieron rápido porque del mismo bar habían salido décimos de Navidad que tenían la pedrea. "La gente iba a cobrar y le sobraba dinero para comprar otro décimo, así que fue muy fácil venderlo todo y rápido", explica Cancio.

Mañana habrá una oportunidad de repetir ese afortunado día para el Suroccidente, algo que le gustaría vivir a la actual lotera. "Sería repartir un poco de esperanza para la gente en estos tiempos tan difíciles", subraya Carmen Menéndez treinta años después del Gordo.

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