Los vecinos pintados de Villaoril
La artista María del Roxo inicia en su pueblo, en Ibias, un proyecto de arte comunitario para contribuir a que la aldea se sienta habitada todo el año
Corría el año 2008 cuando la artista María del Roxo, con raíces familiares en el pueblo de Villaoril, en Ibias, recreó en un mural a varios vecinos, entre ellos sus padres, con la idea de "adecentar un poco el lateral de un garaje que estaba feísimo. Le dije al dueño que, si lo lucía, le hacía un mural para que la entrada al pueblo se viera bonita. Él lo hizo, y yo cumplí, pero entonces no pretendía más", explica.
Sin embargo, después de un tiempo –concretamente el año pasado–, Del Roxo puso en marcha su proyecto "Érase una vez en Villaoril", una iniciativa artística comunitaria en la que, además de a vecinos y familiares, invita a participar también a artistas externos. Con ello persigue, además de lograr un fortalecimiento de los lazos vecinales, embellecer el pueblo y su entorno.
"Yo empecé incorporando en la ventana de una casa un cuadro que había hecho de unas niñas, como si fueran unas vecinas asomadas. Es un cuadro hecho sobre una tabla y metido contra la ventana. Luego, en una casa abandonada donde había una puerta de madera con una textura preciosa quemada por el sol, pinté a un señor del pueblo, y así, poco a poco, y en otras ubicaciones, pinté otra señorina más y otros cuatro. También hay un par de esculturas naturales", explica esta pintora y escritora, autora del blog "Ibias: El Lejano Oeste", y coautora de "Ibias, guía completa", de Calecha Ediciones.
La idea de esta artista, profundamente enamorada de su pueblo natal y donde están sus raíces, es contribuir también a que la aldea se sienta habitada los 365 días del año, incluidos los dos meses más duros en que casi no queda nadie en el pueblo. "Eso solo pasa en los días más fríos, pues casi todo el año hay gente y aún más cuando llega el verano, cuando nos podemos juntar allí entre 30 y 40 personas", sostiene.
Las intervenciones artísticas son a pequeña escala, "nada de macromurales", matiza. "Tienen que ser obras pequeñas, respetuosas con el espíritu del pueblo y con materiales naturales y sostenibles", detalla esta mujer que afirma que los vecinos de esta pequeña aldea de Ibias están encantados.
María del Roxo cree que esta puede ser una buena idea, además, para atraer turismo al territorio, e incluso invita a localidades cercanas a hacer lo mismo. "Sería muy bonito hacer una ruta entre varios pueblos que se involucraran en este tipo de proyectos", añade la artista, aun a pesar de que la zona adolezca de falta de alojamientos y de más restauración, lo que permitiría que la gente acudiera a pasar varios días y descubriera la belleza y riqueza de su concejo.
Ella, de momento, invita a participar a cuantos artistas se sientan implicados en este proyecto en el que, sin duda, lo que predomina, además de la búsqueda de la belleza, es el amor por Villaoril.
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