"Hacen lo que les da la gana, sin consultar a nadie", dicen los pescadores deportivos de Tapia tras las obras del muelle del Rocín

Los usuarios no comprenden por qué Patrimonio permite cambiar las escaleras por una rampa, pero frena todas sus peticiones, como la de instalar un pantalán de embarque en el dique interior

El presidente del club deportivo El Orrio, Julio Villadonga, junto a un grupo de usuarios del puerto, este sábado, en el Rocín.

El presidente del club deportivo El Orrio, Julio Villadonga, junto a un grupo de usuarios del puerto, este sábado, en el Rocín. / T. Cascudo

T. Cascudo

El muelle del Rocín, el dique de abrigo interior del puerto de Tapia, vuelve a ser transitable, una vez concluidas las obras de emergencia acometidas en el acceso. La entrada resultó gravemente dañada por un temporal registrado a finales de noviembre y la fórmula elegida para su reparación, con el visto bueno de Patrimonio, fue transformar las empinadas escaleras preexistentes en una rampa. El resultado final gusta a unos más que a otros, pero, lo que más molesta, es que Puertos no cuente con los usuarios y que Patrimonio permita, a su juicio, determinadas obras y otras no. Es el caso del pantalán de embarque que el club deportivo marítimo El Orrio reclama, sin éxito, para este dique. "Hacen lo que les da la gana, sin consultar a nadie", lamentan los usuarios, que se sienten desatendidos por los responsables portuarios.

El presidente de El Orrio, Julio Villadonga, está molesto con el hecho de que la nueva rampa de acceso al Rocín "se venda" como una mejora de accesibilidad. "No lo es porque la rampa tiene un tramo de escaleras antes y otro después. Dicen que se mejora la zona para el acceso de maquinaria, pero es mentira porque la rampa tiene una anchura de tres metros, pero, justo en el acceso de arriba, hay un metro de ancho y escaleras. Es difícil de entender que Patrimonio ceda en esto y no nos conceda el pantalán que pedimos por razones de seguridad. Dicen que no se puede anclar a un dique protegido. No entiendo que en un dique protegido se puedan hacer unas modificaciones y otras no", señala Villadonga, acompañado por un grupo de usuarios críticos con la gestión portuaria de Tapia. "Estamos frustrados porque no responden a nuestras peticiones y las inversiones que se hacen no resuelven los problemas, caso de lo que se hizo en la escalera frente al monumento de la Virgen", señala el portavoz de los pescadores deportivos.

Un grupo de usuarios bajando por las escaleras previas a la rampa.

Un grupo de usuarios bajando por las escaleras previas a la rampa. / T. Cascudo

En el caso del Rocín, los deportivos no solo piden un pantalán de embarque adosado a la cabeza del dique, sino también una barandilla para las escaleras de acceso a las embarcaciones. También reclaman que se completen las últimas escaleras realizadas en la zona de acceso a la lámina de agua porque en bajamar no cumplen su función, al quedarse cortas. "Dan igual nuestras peticiones. En las dos últimas visitas de personal de Puertos ni se nos avisó y llevamos desde junio 2020 esperando por una reunión con el Ayuntamiento. En Puertos tampoco contestaron a las firmas que presentamos ni a la petición de información sobre el proyecto del nuevo dique", lamenta Villadonga. Pone como ejemplo de los incumplimientos portuarios la reordenación de los amarres del puerto, obra por la que llevan esperando tres años.

Sobre la reparación del acceso al Rocín, dicen estar "contentos parcialmente" y tienen claro que se actuó "porque se lo llevó el mar". Hay dudas sobre si la rampa, demasiado empinada para algunos, terminará o no siendo resbaladiza con el paso del tiempo y también hay quejas sobre la menor protección frente a los temporales de mar con respecto a la escalera anterior. "Se perdió defensa, creo que va a saltar más el mar y aquí tiene mucha fuerza", señala el patrón jubilado Jacinto González.

La nueva rampa del Rocín.

La nueva rampa del Rocín. / T. Cascudo

En el puerto de Tapia pescadores profesionales y deportivos llevan años pidiendo una actuación integral que, a su juicio, debe consistir en una protección exterior de los diques, "vacíos por dentro y en muy mal estado". Lamentan que la única inversión a la vista para el puerto sea el proyecto de rehabilitación del faro de Tapia. "Nos dicen que no hay dinero, pero en realidad lo hay. En Tapia nos toman el pelo", añade el buzo Ángel Morán, que conoce bien el debilitado estado de los diques. "Hago pesca submarina y veo que están rotos por debajo. Encima cuando se hacen reparaciones no se aprovecha el granito sino que se rellenan con hormigón y se dejan los bloques de granito tirados a la vista, a dos metros de agua. Es como si cae la fachada de la catedral de Oviedo y en lugar de rehabilitarla la rellenan de hormigón. Si es patrimonio protegido, que lo es, será para todos igual", añade Morán.

El Orrio cuenta en Tapia con cerca de ochenta embarcaciones asociadas. La mayoría están en tierra porque el puerto de Tapia no es seguro para ellas durante los meses de invierno. "Un puerto deportivo en condiciones tiraría de la economía local, es la pescadilla que se muerde la cola pero no lo ven", lamentan Morán y Villadonga.