No requiere ni mano de obra muy intensa, ni excesivos cuidados y es muy resistente a las enfermedades. Son algunas de las principales cualidades del fabón de Moal, que acaba de ser objeto de estudio por parte del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario (Serida). Los resultados del trabajo fueron expuestos este viernes en Moal y respaldan el potencial de este cultivo tradicional y típico de esta zona de Cangas del Narcea que cada vez tiene más adeptos por sus grandes virtudes culinarias. "Este estudio respalda de un modo científico el valor del producto, ahora debemos buscar nuestro espacio porque hay mercado para todos", defiende Toño Rodríguez, uno de los fundadores de la cooperativa agroecológica “Puerta de Muniellos Sociedad Cooperativa Astur”.
Un equipo de Genética Vegetal del Serida capitaneado por el investigador Juan José Ferreira puso en marcha en mayo del año pasado el trabajo dedicado a conocer esta variedad. Lo hizo por encargo del Comisionado del Reto Demográfico, Jaime Izquierdo, que trabaja con la cooperativa de Moal en el desarrollo de la denominada "aldea del siglo XXI" que busca servir de modelo para revitalizar los pueblos. La cooperativa tiene en mente la explotación de los recursos propios y, entre ellos, de esta faba que sobresale por su tamaño y que conquista a quien la prueba.
El Serida recibió las muestras de los vecinos de Moal y plantó cuatro parcelas de un metro con diez plantas en cada una de ellas. "Se caracterizó tanto la semilla como la planta. También se estudió su floración, destacando largas inflorescencias (diez o veinte flores por cada extremidad de tallo) y se observó que tenía una gran resistencia a enfermedades. De hecho, la única que se observó fue el gorgojo, que puede solucionarse mediante la congelación de semillas", concluyeron los expertos. Además, el Serida ha concedido a Moal la primera definición científica de su preciada legumbre. Dice así: "El Fabón de Moal es una variedad dentro de la especie Phaseolus coccineus L que presenta planta de crecimiento indeterminado, inflorescencias muy largas con flores blancas, con amplio periodo de floración, vainas cortas con 2-3 semillas y semilla blanca brillante, semi-aplanada y muy grande. Alrededor de 110 gramos por 120 semillas para una humedad del 14%".
Los investigadores consideran que el desarrollo de este cultivo, cuyo principal comercializador es Toño Rodríguez, pasa por su protección y la diferenciación del producto, así como la integración de su cultivo en un sistema agroalimentario sostenible. Recomiendan también el mantenimiento y la protección del material vegetal para evitar la pérdida de su identidad. "Deben evitar la mezcla de la semilla con otro tipo de fabón de la misma especie para mantener su identidad genética", señalan los técnicos, que agradecen el trabajo desarrollado por los propios vecinos. El investigador Juan José Ferreira destacó la "rusticidad" del fabón de Moal lo que implica "que no hace falta una mano de obra muy intensa, ni excesivos cuidados". Como desventaja señaló el hecho de que tiene un periodo de floración muy amplio, por lo que no se produce una concentración de cultivo. Sin embargo, esta característica hace que sea resistente a múltiples enfermedades, "lo que reduce el uso de fitosanitarios y el coste que ello conlleva".
Toño Rodríguez puso este año en el mercado 450 kilos de fabón y es testigo del éxito que tiene entre los compradores. Se constató este viernes en la degustación que se ofreció a los asistentes a la presentación del Serida. "La gente lo prueba y dice que es diferente. Da la sensación de que tiene una piel gruesa, pero es muy fina. Además, es una faba digestiva, cremosa y con muy buena cocción, pues no abre al cocer", señala Rodríguez, que lleva años convencido del tesoro que crece en el microclima de Moal . Ahora confía en que el fabón "tenga recorrido" dentro de la cooperativa vecinal y pueda servir para generar empleo en el rural.