El Principado invierte 851.676 euros en la restauración de las escombreras de la antigua mina de mercurio María de la Encarnación, de Caunedo, en el concejo de Somiedo. El objetivo de la intervención, que ya se está llevando a cabo, es devolver a los terrenos a unas condiciones similares a las originales. Ayer lunes, el director general de Calidad Ambiental y Cambio Climático, Pablo Álvarez, junto al alcalde del concejo, Belarmino Fernández, visitaron los trabajos que se están ejecutando en la zona y que se prolongarán hasta octubre.
El proyecto, financiado con fondos del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR), incluye la intervención sobre las dos escombreras de la explotación, producto de las labores mineras que se realizaron en los años 60 del pasado siglo.
Una de las escombreras, con una superficie 5.500 metros cuadrados, está ubicada a un kilómetro al noreste del pueblo, y la otra, que ocupa 2.500 metros cuadrados, se sitúa en la propia localidad. En concreto, las obras han comenzado por la segunda escombrera. Mientras que la actuación en la de mayor extensión tendrá que esperar al 15 de julio, puesto que se ubica en una zona de uso restringido especial del parque natural y es un área crítica del oso pardo, por lo que no se podrá intervenir en la zona hasta esa fecha.
Lo que se ha hecho hasta el momento es la adecuación geométrica de los terrenos, mediante la excavación de los materiales de la escombrera y la colocación de terraplenes. También ha finalizado la demolición de las edificaciones y se ha adecuado una superficie que podría utilizarse como aparcamiento. En lo que se sigue trabajando es la adecuación de la parcela con la cobertura con material adecuado, la adaptación de las bocaminas y la instalación de un panel informativo, mesas y bancos.
Una vez finalicen las restricciones en la escombrera más alejada del pueblo, se iniciarán allí las obras, que consistirán, entre otras actuaciones, en el acondicionamiento geométrico con perfilado y estabilización de taludes. Además se realización diferentes intervenciones de aislamiento, sellado y extracción de los residuos mineros para evitar posibles contaminantes. "De esta forma, se reducirán e incluso se eliminarán las posibles afecciones que estos materiales puedan producir sobre el suelo y las aguas", señalan desde la Administración regional. Para rematar la obra se cubrirá la superficie para su sellado con material impermeable y una capa de tierra y cubierta vegetal.