Luis Felipe Fernández, pregonero en Ibias: "El vino marca la forma de ser de un pueblo"

La fiesta reúne por primera vez a bodegas particulares y profesionales, con una cata dedicada al público

Ana M. Serrano

Disfrutó el hijo adoptivo de Ibias y profesor Luis Felipe Fernández de pregonar la 13ª. Fiesta del Vino. Se notó por sus sentidas palabras, que cautivaron a un público amante de los caldos y de esta zona tan aislada como especial de Asturias. Fue la Asociación de Viticultores y Bodegueros del Valle del Río Ibias, organizadora del certamen, la que pensó en Fernández para dar el pistoletazo de salida a la esperada fiesta.

La asociación decidió premiar este año los mejores vinos tinto y blanco, según el criterio del público

y no de un jurado experto. En la cita participaron además, por primera vez, bodegas profesionales, que se sumaron a las particulares. Acudieron empresas de Ibias, Cangas del Narcea y Negreira de Muñiz (Lugo). El mejor vino blanco fue para Casa Cachón, de Bustelo. El galardón del tinto se lo llevó Casa Castellano, de San Esteban.

Confesó Luis Felipe Fernández en el pregón su primera alegría por recibir el encargo, pero también su dificultad para hablar del vino, de cuyo sector es "un auténtico profano". En todo caso, supo contar la historia

de esta bebida. Pero, si algo quedó patente de su mensaje, fue su amor por Ibias. Recordó Fernández aquel julio de 1981 "en que pisé por primera vez suelo ibiense, en esta misma plaza, siendo estudiante de segundo de carrera en la Universidad de Oviedo, para ser monitor de una colonia de verano que aquel caluroso mes se iba a desarrollar en la Escuela Hogar Aurelio Menéndez".

Más tarde, volvió como profesor y en Ibias pasó una larga trayectoria que dejó sello en el concejo por convertir a la escuela rural local en referente para toda Asturias. "Aquí viví en primera persona momentos tan emotivos e inolvidables como fueron el recibir de manos del Príncipe de Asturias el premio Pueblo Ejemplar en 1999, o el título de hijo adoptivo de Ibias en 2000", rememoró. "A esta esquina de Asturias, tantas veces olvidada, es a la que dediqué todas mis ilusiones y todos mis esfuerzos durante más de veinte años de mi vida. Pero sobre todo, recordé a los hombres y mujeres de Ibias que supieron estar entrañados a esta tierra y vencer con duro esfuerzo las dificultades propias de la época en la que les tocó desarrollar sus vidas, nada comparable, desde luego, a los tiempos actuales por muy difíciles que a veces nos parezcan, por eso siento una especial emoción", confesó más tarde.

El profesor se detuvo a lo largo de su pregón en otros elementos relacionados con el sector vitícola. Uno de ellos fue la vid. "Una planta así necesitaba un lugar como Ibias para hacerse presente, para hacerse vida, para tener un lugar en la historia de este valle, en la historia de estos parajes", contó y se refirió a Ibias como un lugar "único surcado por un inigualable río y bañado por un insuperable sol(...) un lugar marcado por la lejanía y por el trabajo duro, difícil y abnegado de sus mujeres y de sus hombres".

Esta bebida "marca la forma de ser de un pueblo", opinó Fernández quien con humor relató al público los efectos que le ocasiona el vino, al ser él un hombre poco acostumbrado a las bebidas con alcohol. "Recuerdo como cuando en la primera nevada que viví aquí en un mes de octubre me tuvieron que llevar directamente a la cama después de tomar no sé cuántos fervidillos de vino blanco del país para calmar el frío, o cuando celebrando la fiesta del vino nuevo en Villamayor, me uní a ella y a ese vino nuevo con tal pasión que me perdí en el pueblo, y tuvieron que parar la música, pues no me encontraba. O cuando tras un viaje desde aquí a Castaosa, Santiso, Sena y Los Cotos, y mientras en cada casa me repetían como un rintintin tome outro vaso que este viño é froxo y nun fai daño, al regresar a San Antolín y acceder con el coche al recinto escolar no fui capaz de encontrar acertadamente la entrada, y ya os imaginaréis las consecuencias para el vehículo".

Público durante la cata de vino.

Público durante la cata de vino. / A. M. S.

No acabó su intervención sin un deseo personal que pasa por unir su municipio natal, Castropol, con su Ibias del alma. Recomendó Luis Felipe Fernández que las Jornadas Gastronómicas "Somos la Ostra" estén en un futuro "regadas por el excelente vino blanco que se elabora en las bodegas de Ibias".

Tras el pregón, llegó la cata popular. Este año la asociación decidió premiar los mejores vinos tinto y blanco, según el criterio del públic

y no de un jurado experto. En la cita participaron además, por primera vez, bodegas profesionales, que se sumaron a las particulares. Acudieron empresas de Ibias, Cangas del Narcea y Negreira de Muñiz. El mejor vino blanco fue para Casa Cachón de Bustelo. El galardón del tinto para Casa Castellano de San Esteban.