San Tirso de Abres revoluciona este año sus estadísticas en materia de generación de empleo al crear nada menos que cincuenta y nueve puestos de trabajo. Es la cifra de alumnos y profesorado adscrito a los cinco talleres de empleo que se están impartiendo ahora mismo en este concejo de apenas cuatrocientos cincuenta habitantes.
"No es habitual para un concejo tan pequeño, pero considero que es beneficioso y puntero. Además, se trata de talleres que forman en puestos con altísima demanda en esta zona con población envejecida", subraya Marta Rodríguez que dirige el taller de atención sociosanitaria a personas dependientes en instituciones y el de atención en domicilio. Ambos comenzaron en diciembre y a ellos se suma el taller extraordinario "San Tirso evoluciona" que comenzó el mes pasado con tres módulos: dos de atención sociosanitaria y un tercero de instalación y mantenimiento de jardines y zonas verdes. En total, son cinco talleres con cincuenta alumnos (diez por taller), dos directoras, dos auxiliares administrativos y cinco monitores. Un boom de trabajadores que llena de actividad estos días la tranquila capital santirseña.
El primer teniente de Alcalde del concejo, Juan Carlos Parapar, explica que decidieron solicitar los talleres para ofrecer oportunidades a los desempleados del concejo y la comarca y también para lograr cubrir plazas para las que cada vez cuesta más lograr relevo. "En ayuda a domicilio estamos sin gente para cubrir bajas o vacaciones, pero no solo nos pasa a nosotros sino a toda la comarca. Cuesta mucho cubrir vacantes", señala Parapar, que confía en que este problema se solucione gracias al personal que se está formando en los talleres santirseños. Por otro lado, el taller de jardinería ayuda a solventar un problema importante en los concejos pequeños con poco personal a la hora de mantener las zonas verdes en perfecto estado de revista.
Como consecuencia de estos talleres se está generando un importante movimiento en el pueblo. "Es bueno para los negocios, porque es gente que viene y siempre consume algo. Incluso hubo gente que alquiló casa para este año y más que se habrían alquilado si hubiera disponibilidad", señala Parapar, que se ocupa de las carteras de Medio Rural, Empleo y Personal.
Las directoras apuntan otro dato más para el consumo local y es que el presupuesto disponible trata de invertirse en los negocios de la comarca. Ambas defienden la calidad de la enseñanza que se presta en estos talleres "eminentemente prácticos", donde los alumnos no solo se forman sino que trabajan y, por ello, perciben un salario durante el año que dura la actividad. "Si no me equivoco va a ser un éxito y habrá un porcentaje alto de incorporación al mercado", señala Raquel Rodríguez. Ambas directoras explican que el certificado de profesionalidad que obtendrán los alumnos es "una titulación que abre puertas". En este sentido, Olga González destaca que además del título se obtiene formación complementaria pues se hacen cursos de primeros auxilios, prevención de riesgos laborales o manipulación de alimentos.
El perfil del alumnado, de diferentes puntos del Noroccidente (solo cinco viven en San Tirso) es variado aunque sobresalen las mujeres, especialmente en los ciclos de atención sociosanitaria. Hay perfiles de gente con titulación superior, pero que se quieren formar en los sectores con más demanda en la zona. También hay personas que buscan reciclarse y quien, por casualidad, ha dado con un sector que le apasiona. Todos coinciden en que estos talleres suponen "una oportunidad".
El consistorio santirseño también hace frente con estas iniciativas formativas a un problema que padecen en los últimos años y es la falta de alumnos en la escuela local. Este curso solo hay cuatro niños matriculados, así que sobra colegio y esas aulas vacantes se ocupan ahora para la formación de profesionales.