Las familias del Ramón Muñoz entregan 2.000 firmas para reclamar la vuelta del conserje

La asociación de padres del colegio valdesano, que amenaza con movilizaciones, espera que las firmas lleven al Ayuntamiento a negociar

Por la izquierda, las socias de la AMPA del Ramón Muñoz Lorena Menéndez, Laura Suárez y Melisa Díaz; Carlos Fernández, de la AMPA del colegio de Trevías, y Cayetana Trelles, ayer, ante el Ayuntamiento, con las firmas . | Rep. de D. Á.

Por la izquierda, las socias de la AMPA del Ramón Muñoz Lorena Menéndez, Laura Suárez y Melisa Díaz; Carlos Fernández, de la AMPA del colegio de Trevías, y Cayetana Trelles, ayer, ante el Ayuntamiento, con las firmas . | Rep. de D. Á. / D. Álvarez

Luarca (Valdés)

En poco más de una semana, la Asociación de Madres y Padres de Alumnos (AMPA) del colegio público luarqués Ramón Muñoz ha logrado recoger más de 2.000 firmas de apoyo a su petición de recuperar el servicio de conserjería, que el Ayuntamiento valdesano decidió suprimir en este centro y en el de San Miguel de Trevías, para destinar a los trabajadores a otras dependencias municipales. La entrega de firmas se realizó ayer a mediodía, en el registro del Ayuntamiento.

Previamente el claustro de profesores y la AMPA del colegio público luarqués habían remitido una carta al Ayuntamiento mostrando su total discrepancia con la decisión. Una queja que ahora ven respaldada por el apoyo recogido en forma de firmas. "La gente que acude al colegio se da cuenta de la necesidad del conserje y del problema que supone estar sin él porque ahora tocas el timbre o llamas por teléfono y nadie responde", apuntan desde la AMPA, que considera además que se perjudica "gravemente la atención ofrecida al alumnado del centro".

Ponen como ejemplo algunas de las situaciones vividas estos días, en las que las cuidadoras del comedor tuvieron que hacerse cargo de abrir la puerta, dejando en ese momento de realizar su cometido en el comedor. También las limpiadoras del centro tuvieron que hacer de conserjes, los docentes e incluso alguna madre que acudió al centro tuvo que hacerse cargo de abrir la puerta durante su estancia.

Además, añaden que el centro acoge la Escuela de Adultos y también realiza actividades extraescolares. Asimismo, recuerdan que las grandes dimensiones del edificio, con varios accesos y servicio de comedor y de transporte, exigen contar con la figura del conserje para facilitar "el control y la organización de las entradas y salidas".

"Nuestra reivindicación es simplemente para mejorar el funcionamiento del colegio. Siempre tuvimos conserje y nos gustaría que para tomar esta decisión hubiera habido una negociación, porque seguro que podemos llegar a acuerdos", apuntan. De hecho, esperan que la entrega de las numerosas firmas realizada ayer sirva para abrir el camino a una negociación con el Ayuntamiento. "Siempre se llegaron a acuerdos y hubo buena sintonía entre todos, así que en este caso nos extrañó que no hubiera una negociación", afirman las familias.

Estas 2.000 firmas se suman a las 1.000 que el pasado viernes 29 de septiembre ya entregó la AMPA del colegio San Miguel de Trevías. Ese día este centro también había convocado una protesta en la plaza del Ayuntamiento en la que reclamaron con pancartas una solución y exigían la vuelta del conserje a su puesto de trabajo. En la concentración, participaron las familias del colegio Ramón Muñoz, y todos coincidieron en reivindicar que la figura del conserje en sus centros "es esencial".

En ese momento, el Ayuntamiento argumentaba su decisión por la falta de tarea que justifique los dos puestos de trabajo. En declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA, la edil de Educación, Clara García, defendía que "se debe realizar una gestión adecuada de los recursos" y ponía en duda la necesidad de los conserjes escolares. "No existe tarea para justificar tener un conserje siete horas diarias en esas dependencias", subrayaba entonces la concejala.

Los dos empleados que ejercían de conserjes en los colegios desarrollan ahora su labor en el Ayuntamiento y en la Casa de Cultura.

Llegados a este punto, las familias van a dar un tiempo al Ayuntamiento para que pueda analizar el malestar que ha generado la decisión en la comunidad educativa, como muestra la cantidad de firmas recogidas. A partir de ahí, esperan que se abra a negociar para encontrar una solución consensuada que pueda beneficiar a todos.

En el caso de que no se encuentren con la puerta abierta a debatir , las familias anuncian que no dejarán de protestar y pensarán nuevamente en plantear concentraciones u otras medidas, aún sin determinar a la espera de que el Ayuntamiento dé una respuesta a su reclamación.

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