Los estudiantes de Vegadeo, científicos por un día para medir los niveles de radón del instituto

Dos físicos del laboratorio subterráneo Canfranc guían la operación, en la que también participaron alumnos de Tapia, Navia, Boal y Luarca

UN momento de la medición a cargo de la científica Beatriz Hernández.

UN momento de la medición a cargo de la científica Beatriz Hernández. / R. T. C.

Vegadeo

Los estudiantes del instituto Elisa y Luis Villamil, de Vegadeo, pueden estar tranquilos, pues los niveles de gas radón del centro son bajos. La medición se realizó este jueves en el marco de una actividad del Foro Comunicación y Escuela, que invitó a dos científicos del Laboratorio Subterráneo de Canfranc, de Huesca. Primero impartieron una conferencia sobre el origen de la materia y, a continuación, realizaron una actividad de campo para conocer la radioactividad natural de su centro de estudios.

En la cita no solo participaron un grupo de estudiantes veigueños, sino del resto de institutos del Noroccidente. La actividad se concibe como una continuación del viaje a Canfranc organizado el curso pasado. En esta ocasión, los protagonistas fueron los físicos Beatriz Hernández, madrileña de 27 años, y Pico Bayo, de 45 años y natural de Jaca. "La idea es terminar lo que hicimos en aquella visita, en la que tratamos de que entendieran lo que hacemos en Canfranc", explicaron.

Beatriz Hernández y Pipo Bayo en el instituto veigueño.

Beatriz Hernández y Pipo Bayo en el instituto veigueño. / T. Cascudo

Los físicos viajaron a Vegadeo cargados con dos detectores de radón y otros dos de rayos cósmicos. Querían plantear a los chavales el reto de medir la radiación natural, pero también ayudarles a comprender el origen de la materia. El objetivo, confesaron, era no aburrirles y lograr despertar su curiosidad científica. Consideran ambos físicos que sí que hay vocaciones científicas en España, pero que lo que escasean son las oportunidades para desarrollar aquí una carrera científica. "Mucha gente abandona por falta de oportunidades", lamentan.

"En el caso de la medición de la radioactividad natural, queremos hacerles conscientes de algo que no vemos y que sufrimos. Que tomen consciencia de que todo es radioactivo, aunque el ser humano está acostumbrado a ciertos niveles", cuenta Beatriz Hernández. "La alta radioactividad es mala porque modifica nuestras células, pero la baja tampoco es buena porque produce envejecimiento celular", apuntó Pipo Bayo durante la charla. Tras la medición confirmaron que "todo está bien en el instituto, con niveles bajitos". Solo en un sótano detectaron niveles algo más elevados, sin embargo, para que el valor sea fiable debería medirse de manera continuada durante un mes.

Pipo Bayo midiendo los niveles de radón en el laboratorio del centro.

Pipo Bayo midiendo los niveles de radón en el laboratorio del centro. / R. T. C.

Precisamente Pipo fue el encargado de la charla más teórica, en la que empezó hablando de los primeros científicos que se refirieron al átomo para adentrarse luego en el origen del universo. "Según la teoría del Big Bang nuestro universo tiene 13.797 millones de años, aunque hay otras teorías que dicen que es más antiguo", apuntó. Después habló de la tabla periódica y de la formación de las estrellas en un lenguaje coloquial que logró captar la atención de los chavales.

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