Raúl Mouro cubre de otra piel la cerámica negra de Llamas de Mouro y opta al Premio Nacional de Artesanía

El ceramista Raúl Mouro (Cangas del Narcea, 1979) cuenta los días para saber si aquel crío que tocó el barro por primera vez a los 3 años –y que desde entonces deja "que sea el barro el que me toque a mi"– es reconocido con el Premio Nacional de Artesanía 2024. La criba ya la ha pasado y no será hasta la próxima semana cuando se determine, en una gala que se ha convocado en el salón de actos del Ministerio de Industria y Turismo, si el premio a la mejor colección o producto se lo lleva su "Piel de Mouro" (comparte terna final con Aitor Martínez López de Arbina, con su colección "Códigos del alma", y Pròsper Riba Vilardell, por su lámara "Eclipsis").

"Todos queremos ganar, claro. Pero si no lo lograra no se me quitaría la ilusión por estar donde estoy y haber llegado hasta aquí. Creo que me encuentro en un buen momento, contento y confiado en lo que hago, y sintiendo que ya tengo una identidad artística", explica Raúl Mouro.

Y lograr esa identidad propia no siempre es fácil cuando vienes de una larga tradición de alfareros, referentes de una cerámica con sello propio como la de Llamas de Mouro. De hecho, él mismo reivindica ese origen. "Mis referentes más cercanos son mi padre, mi maestro, y el creador de las piezas más representativas de la Cerámica Negra de Llamas del Mouro, y mi abuelo, salvador de la misma. Antes de ellos muchas generaciones de mi familia han trabajado el barro desde el XVI, donde el carbono 14 data los primeros restos arqueológicos en el barrio del Mouro", expone para quien quiera conocerle. Ese origen "me llena de orgullo, son mis raíces", recalca. Pero para poder dar el salto como artista tuvo que coger un poco de distancia y "encontrar nuevos alicientes, experimentar, salir y hacer cosas por mi cuenta. Está muy bien venir de una familia como la mía, que me dio todas las destrezas que tengo con aprendizajes desde niño. Pero llega un momento en que tienes que incorporar cosas nuevas en diseños, texturas, formas de trabajo...".

"Ahí había algo diferencial"

En su caso aún se acuerda del día en que "rascando rascando" dio con el acabado texturizado de sus piezas, en las que parece que se está viendo la materia, por el que se ha hecho conocido. "Lo tengo grabado perfectamente en mi mente. Me di cuenta, en ese mismo momento, que si la pieza salía del horno como estaba entrando, ahí había algo diferencial".

Precisamente la obra seleccionada por Fundesarte para optar a los premios del año tiene de nombre "Piel de Mouro" y es una de las primeras colecciones cerámicas que sacó su autor con esa nueva impronta propia y el sustrato del homenaje a sus antepasados. "Muestra el color negro característico de la cerámica de Llamas de Mouro, pero con texturas y diseños distintos. Yo digo que es una reinterpretación de la cerámica negra de tradición, algo así como una nueva piel, de ahí el nombre".

Las creaciones citadas tienen alrededor de tres años y pertenecen a una colección que se vendió en una galería de Madrid. Fue el punto y seguido para "otras mucho más artísticas que vinieron después; pero ‘Piel de Mouro’ es de las originales, de las que aún están relacionadas con la cerámica más tradicional", añade. De ahí que sienta que esta nominación le va al pelo a esa colección porque "son unos galardones vinculados a los oficios tradicionales, a la tierra, a los trabajos artesanales más genuinos, y eso es lo que va a representar en Madrid mi colección", explica.

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