El pueblo de Tineo donde se cultiva la faba "suprema" y que tiene una piel fina, "imperceptible"

La principal característica de la alubia tinetense es "una piel muy fina, imperceptible", que le da estar protegida del nordés y la tierra arenosa

Pablo Álvarez.

Pablo Álvarez. / A. M. S.

Yerbo (Tineo)

La faba de Casa Gómez de Yerbo, en Tineo, es la base de la galardonada como Mejor Fabada del Mundo, que elabora Casa Morán, de Collanzo (Aller). Un reconocimiento inesperado para su productor Pablo Álvarez, que confiesa que es "una alegría ver que se reconoce que lo que produces es bueno" y que viene a compensar, en cierto modo, los malos años que está pasando la producción de fabas, especialmente esta última campaña que resultó ser nefasta.

Las fabas que se producen en Yerbo se caracterizan por tener una piel muy fina "imperceptible", asegura Álvarez, lo que a la vez la hace frágil y requiere de mucho cuidado para cocinarla. "Esta característica es común a todos los valles de interior, que no están castigados por el nordés que sopla en la costa", describe. También les influye el tipo de tierra en la que están cultivadas, les beneficia que sea arenosa: "Eso lo que hace es oxigenar la planta y aporta finura al grano".

Este productor de faba tinetense asegura que ser la parte esencial de la Mejor Fabada del Mundo no le repercutirá directamente, porque, aunque aumentase la demanda de faba sería imposible atenderla después de la mala cosecha recogida, en la que se perdió más de la mitad de la producción. "Antes del premio sí que me llamó alguna persona que las comió allí para comprármelas porque les parecían muy buenas, pero estos galardones a quienes más repercute son a los establecimientos, aunque este año no habría para vender".

Lleva once años dedicado al cultivo de la faba en su pueblo natal, donde ya su familia las cultivaba, pero cada año que pasa considera que es más difícil poder vivir de ello. "Recuerdo dos años muy buenos, pero cada vez va a peor y ya este año fue brutal, aunque esto ya pasó más temporadas, mi madre recuerda cosechas de quemarlas directamente", cuenta.

Una de las posibles soluciones que se proponen para mejorar las producciones es realizar la rotación de cultivos en los terrenos. Algo que Pablo Álvarez no ve factible por el minifundismo que hay en Asturias. "Incluso habiendo concentración parcelaria como tenemos en Yerbo, sigue siendo minifundio". Y añade, además, la falta de tierras, con una mayoría dedicada a la ganadería.

La ayuda que se puede dar a los productores desde su punto de vista es el de dar el valor que tiene el cultivo en Asturias obligando a que se reconozca expresamente la procedencia de las fabas que se ofertan en los restaurantes, los mayores clientes de esta legumbre. "Deberían obligar a los restaurantes en Asturias a que cuando se anuncie fabada en una carta sea de fabas de aquí, no que vengan de Bolivia y si se hace con alubia de afuera que se especifique", enfatiza. De este modo cree que es la única forma de que sea "algo más exclusivo porque habrá poco y entonces el precio será más alto, lo que repercutirá en que nos paguen un mejor precio por el kilo".

Ahora los productores ya están empezando a preparar la campaña de siembra. Es momento de ir arando la tierra con vistas a comenzar a sembrar en mayo. En su caso, también aprovechará para montar el entutorado.

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