Aplauso para las "rosqueiras" de San Tirso de Abres: El concejo homenajea a las mujeres que han preservado las tradicionales roscas de Jueves Santo

Huevos, harina, azúcar, manteca y fermento son los ingredientes de las famosas roscas de Semana Santa, típicas en San Tirso de Abres. Este pan dulce característico del Jueves Santo se elabora en las casas del concejo desde tiempo inmemorial y, por ello, el consistorio ha querido homenajear a las responsables de que la tradición perdure dando un sentido aplauso a sus "rosqueiras".

"Más importante que las roscas son las personas que están detrás", señaló el alcalde santirseño, Clemente Martínez. Este homenaje a las mujeres que elaboran estas delicias de pan dulce se personificó en aquellas que han participado en alguna de las veintiséis ediciones de la Feria de las Roscas. Carola Acebo, Silvia Cotarelo, Isabel Fernández, Sagrario Fernández, Mireia Flórez, Ana González, Remedios Gutiérrez, Amparo Martínez, María Belén Maseda y María Rodil recibieron una curiosa escultura con forma de rosca en el acto inaugural de esta clásica cita de la Semana Santa. La feria, que también incluye productos artesanos y agroalimentarios, se prolonga hasta este viernes en el polideportivo santirseño.

Una de las veteranas de la rosca es Carola Acebo. Aprendió la receta de su madre y esta de la suya y mientras pueda seguirá cocinando el dulce, convencida de que "no se puede perder". Los ingredientes son sencillos, pero no tanto su elaboración. El truco, añade, reside en "el amasado a mano" y en contar con un buen horno. Ella es una afortunada, pues conserva un horno de piedra en el que sigue cociendo sus roscas.

"El truco es hacer el amasado a mano y estar en vela toda la noche", relata Acebo. Hay que estar en vela para no perderse el momento exacto "en que empiezan a espilir", es decir, cuando la masa crece gracias al fermento y llega a su momento óptimo para ser horneada. Cuenta Acebo que terminó la tarea de dar forma a las roscas a las nueve y media de la noche del miércoles y, a las cuatro y cuartode la madrugadaa del jueves, estaba en pie para cocinarlas.

"A veces son unas latosas", bromea Acebo y con ella coincide María Rodil. "No hay truco, pero son muy caprichosas y, aunque uses los mismos ingredientes, cada año salen diferente", expone. Este año coció nada menos que 260 para atender las muchas peticiones de vecinos y conocidos y también para disponer de material para el puesto que cada año pone en la feria. Volaron en la primera jornada.

"Me ayuda mucha gente y mientras pueda seguiré haciendo", cuenta Rodil. Precisamente con ella aprendió Silvia Cotarelo, natural de Ribadeo, pero con casa en San Tirso de Abres. "Me animé a aprender para que no se pierda la tradición y este es el segundo año que tengo un puesto en la feria", explica.

Explica Cotarelo que sigue tal cual la receta de María, pero aún no ha logrado que le salgan igual. "De sabor están bien, pero la masa me sale más hojaldrada, en algo fallo", bromea. Por su parte, María Rodil deja claro que la experiencia es un grado y que se mejora con los años.

Remedios Gutiérrez es natural del concejo lucense de A Pontenova, pero se casó con un santirseño y de su suegra aprendió la receta. "La clave es dejarlas espilir, pero lleva mucho hacerlas", cuenta. En su caso, lleva a una panadería el producto ya elaborado para la cocción final.

"Uno de los objetivos de esta feria, desde sus inicios, era la puesta en valor y difusión de un producto santirseño como la rosca, que forma parte de la idiosincrasia y el acervo de nuestro pueblo", añadió el alcalde santirseño en el acto inaugural y arropado por buena parte de la corporación, así como por los alcaldes de Vegadeo y Santa Eulalia de Oscos. La diputada Alba Álvarez y el director de Reto Demográfico, Marcos Niño, tampoco faltaron al acto. Este último animó a adquirir un producto que conquista a quien lo prueba.