Esta es la población inmigrante más numerosa (y que no para de crecer) en Vegadeo: "Aquí nos dan oportunidades"

"Los veigueños no nos menosprecian y nos hacen sentir parte de la comunidad", señalan los hondureños afincados en el concejo, donde ya superan los doscientos censados

Por la izquierda Andrea Hernández, Zonia Alvarado, Betzai Ávila, Tania Ramos, Yojana Díaz, Daysi Carolina Martínez,  Nelson Alexander Oliva y Chanel Almendares en el parque del Medal, en Vegadeo.

Por la izquierda Andrea Hernández, Zonia Alvarado, Betzai Ávila, Tania Ramos, Yojana Díaz, Daysi Carolina Martínez, Nelson Alexander Oliva y Chanel Almendares en el parque del Medal, en Vegadeo. / T. Cascudo

Vegadeo

Tania Ramos llegó hace trece años a Vegadeo desde la ciudad San Pedro Sula, en el Norte de Honduras. Una conocida de la familia afincada en Asturias avisó a su madre de un posible empleo y, con 21 años, Ramos voló al otro lado del Atlántico sin saber que se quedaría tanto tiempo. Ahora es la presidenta de la Asociación de Mujeres Hondureñas de Vegadeo y ayuda a los compatriotas que como ella buscan un futuro mejor en el Occidente asturiano. En Vegadeo son más de doscientos y la comunidad no para de crecer.

La historia de Ramos, que comenzó trabajando al cuidado de personas mayores y ahora es empleada de un supermercado, se repite en la comunidad hondureña, que ha dado el relevo a los paraguayos como población extranjera más numerosa en Vegadeo. Las mujeres son mayoría y las buscan especialmente para el cuidado de personas dependientes: "Somos muy trabajadoras, serviciales y buenas personas", resumen ellas. Las razones para dejar su país son variadas, pero la mayoría huye del clima de delincuencia que se vive en muchas partes de Honduras. "Buscamos un lugar tranquilo donde vivir", apuntan. También, vienen por las oportunidades, tanto laborales como educativas para sus hijos. "Es más fácil crecer y emprender aquí", expone Yojana Díaz, que llegó hace seis años, y subraya la facilidad de encontrar trabajo en la comarca. "Es una ventaja que la gente aquí no quiera trabajar en lo que trabajamos nosotras", añaden.

Tania Ramos en el parque del Medal.

Tania Ramos en el parque del Medal. / T. Cascudo

Además, los hondureños agradecen la buena acogida que han recibido en Vegadeo, donde han encajado a la perfección con el carácter local. "No nos menosprecian, nos dan oportunidades y nos hacen sentir parte de la comunidad", añade Andrea Hernández, de 24 años y afincada en Vegadeo desde 2023. Ella es predicadora y líder de jóvenes en la Iglesia Evangélica Internacional Pentecostal que abrió sede hace dos años en un bajo de la Avenida de Asturias, donde celebran oficios dos días a la semana. Cuenta la diaconisa que se marchó de Honduras "porque tenía ganas de conocer y experimentar, salir y ver el mundo de otra forma". Se confiesa contenta en tierra asturiana porque "tengo lo que necesito". Trabaja en una carnicería y continúa con su labor en la iglesia, lo que "me permite conectarme con lo que creo".

Además de iglesia, en la capital veigueña ha abierto recientemente una tienda de productos latinos bautizada "Eben Ezer". Para muchos es un alivio disponer de un lugar en el que comprar comida de su tierra, pues es una de las cosas que más echan de menos. Aprovechan para enumerar algunos platos típicos como la baleada, una torta de trigo que rellenan con frijoles, entre otros ingredientes. Se confiesan "muy fiesteros", por lo que, entre bromas, dicen que no se descarta que alguno de ellos abra pronto un bar típico hondureño.

El grupo posa en la plaza del Ayuntamiento con la bandera de Honduras.

El grupo posa en la plaza del Ayuntamiento con la bandera de Honduras. / T. Cascudo

Nelson Alexander Oliva y su mujer Chanel Almendares llegaron a Vegadeo hace seis años. La madre de Nelson, que trabaja de albañil, fue una de las primeras en asentarse en el concejo veigueño, a donde llegó hace diecisiete años. Ahora buena parte de la familia vive a la vera del Eo. "Extrañamos a nuestra gente, pero no nos podemos quejar", cuenta Almendares. Unos y otros dejan claro que la mayoría viene a España con intención de estar una temporada y regresar, pero acaban quedándose. "El 80% nos quedamos", señala Yojana Díaz. Y a su lado, añade la pastora: "Es que dejamos todo y empezamos de cero, así que resulta cansado volver a hacerlo".

En la decisión de quedarse también pesa el hecho de que España es un país "que nos acoge y nos ofrece la oportunidad de legalizar nuestra situación y optar a la nacionalidad". En este sentido, Tania Ramos apunta la necesidad de que les den más facilidades en lo administrativo para sacar adelante los trámites. "Pelear por nuestros derechos fue una de las razones de hacer la asociación. Para hacer los trámites hay que ir a Oviedo y pedimos poder hacerlos en los Ayuntamientos, del mismo modo que buscamos una solución para no tener que ir al Consulado de Honduras, a Madrid, para hacer un pasaporte, por lo que supone de gasto y de inconvenientes en el desplazamiento", apunta.

En la Asociación de Mujeres Hondureñas de Vegadeo son una treintena de socias, pero animan a sus compatriotas a sumarse: "las puertas están abiertas". Otra de las funciones que realiza la asociación, además de darse a conocer en diferentes eventos de la zona, es facilitar que los recién llegados encuentren un empleo. "Según la temporada es más o menos rápido, pero entre nosotros nos ayudamos. Tenemos un grupo de WhatsApp y ahí resolvemos", explican. Más complicado les resulta encontrar vivienda, un problema que también padecen los veigueños.

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