Fiesta sorpresa para Ángela Pérez y Manel Arias, de Casa Emburria: “Será una leyenda imborrable de nuestro pueblo”

Amigos y familia agradecieron a los hosteleros su dedicación y entrega al emblemático restaurante de El Crucero, que cerró sus puertas por jubilación hace un mes

Asistentes a la fiesta de jubilación de Casa Emburria en el campo San Roque.

Asistentes a la fiesta de jubilación de Casa Emburria en el campo San Roque.

Tineo

El emblemático restaurante tinetense Casa Emburria, de El Crucero, cerró sus puertas a finales de mayo. La canguesa Ángela Pérez y el tinetense Manel Arias, que regentaban el negocio familiar desde 1984, se jubilaron sin relevo, cerrando así un capítulo de la gastronomía del concejo, pero abriendo una nueva etapa en sus vidas. Después de dedicarse en cuerpo y alma al negocio hasta hacerlo un referente, les llegó el merecido descanso y así se lo hicieron saber familia y amigos con una fiesta sorpresa.

En pleno campo de San Roque de Tineo, los allegados de la pareja montaron una auténtica celebración por su jubilación en la que se juntaron 200 personas y en la que no faltó comida y una tarde de fiesta y sorpresas.

Manel Arias y Ángela Pérez David Rodríguez.

El equipo de Casa Emburria. / R. D. Á.

Los hosteleros llegaron al campo de San Roque sin sospechar lo que allí les esperaba. No fue hasta que se pusieron frente a la carpa y empezaron a ver a todos sus amigos y familiares que entendieron que lo que allí estaba montado era en honor a ellos.

Un recibimiento a los homenajeados en el que no faltó la música tradicional de la gaita y el tambor de la Bandina Los Eólicos. “No lo asimilamos todavía, nos quedamos sin palabras, pero fue un día genial”, asegura Ángela Pérez.

En el centro de la imagen Manel Arias y Ángela Pérez con familiares y amigos asistentes a la fiesta.

En el centro de la imagen Manel Arias y Ángela Pérez con familiares y amigos asistentes a la fiesta. / R. D. Á.

"Dejáis una huella imborrable"

En la reunión, su sobrina Paula Escaladas fue la encargada de transmitirles los buenos deseos de todos los allí reunidos para su etapa de jubilación y agradecer el trabajo y el trato que dispensaron desde su casa a quienes por allí se acercaban. “Todos hablamos de casa Emburria como lo más grande y siempre será una leyenda imborrable de nuestro pueblo”, subrayó Paula Escaladas, que agradeció a sus tíos “todos los buenos momentos que nos habéis hecho vivir en vuestra casa, desde bautizos, cumpleaños, comuniones, hasta nocheviejas con campanadas personalizadas”.

Añadió además el orgullo que genera su andadura en el mundo de la hostelería:Dejáis una huella imborrable en nuestro paladar y un montón de recuerdos en nuestra memoria”. Unas palabras que hicieron emocionarse a los hosteleros de El Crucero.

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