Homenaje al ginecólogo Rafael Maroto en las jornadas de lactancia materna: en Jarrio fue "el motor de todo"
El sanitario jubilado recibe el reconomiento de sus compañeras por ser "el jefe bueno" que más peleó para respetar el parto natural y el proceso de lactar

Público durante el encuentro. / Ana M. Serrano

Las jornadas dedicadas a la lactancia materna celebradas ayer, martes, en Navia se convirtieron en un homenaje al hospital comarcal de Jarrio y al ginecólogo Rafael Maroto. Al primero, por ser el primero de España en ser lo que en el año se llamada Institución Amiga de la Infancia según Unicef. Y, al segundo, por ser un audaz profesional capaz de involucrar a todo un equipo para valorar la lactancia materna como realmente se merece.
Las mesas redondas que se desarrollaron en el espacio El Liceo abarcaron varias temáticas, de la alergia a la proteina de la leche a la salud medioambiental. Pero la primera fue la más emotiva y reveladora. La portavoz de Amamantar Asturias, Helena Herrero, pidió primero un minuto de silencio por lo que está sucediendo en Gaza, "donde muchas mujeres no pueden amamantar". Más tarde, Rafael Maroto tomó la palabra para contar cúal fue el origen de la proeza que más tarde haría al hospital de Jarrio un referente en parto natural y respetado y en fomento de la lactancia materna.
El ginecólogo jubilado hizo un repaso a todo lo que se hizo en el ámbito institucional a nivel mundial y, en el plano local, aseguró que para llegar a ser hospital Amigo de la Infancia se necesitó "esfuerzo porque había que implementar muchos cambios". Es decir, conciencia y cambios de praxis.
Cosas que ahora se ven como lógicas a principios de siglo apenas se valoraban. Sin embargo, el equipo digirido por Rafael Maroto no se rindió, conscientes como eran de la importancia del cómo se nace nacer y de proceso de amamantar, tanto para el bebé como para la madre. "Se organizaron cursos, talleres y formaciones y aquello no había hecho más que empezar", contó el especialista quien, sin saberlo, se convirtió en el foco de atención porque fue la matrona Matilde Noya quien dijo la verdad. "Sin Maroto nada hubiera sido posible; todo se fraguó en su mente, fue el jefe bueno, el verdadero motor", dijo. Tanto es así, que en el hospital comarcal de Jarrio se cuenta una anécdota: "A Maroto le decían a todo que sí por no escucharle".
Primer comité de lactancia en Asturias
El ginecológo es, efectivamente, una persona de "mucho hablar", como contó ayer ante el público, y también un profesional no se rindió ante la adversidad y las trabas. "Siempre hay alguien revoltoso y trabajador, que tiene las ideas claras. En nuestro caso, fue Rafael Maroto", destacó Noya para más tarde contar todo lo positivo que trajeron aquellas ideas. Se creó un comité de lactancia, "que no era un comité como los de ahora", y se formó a la plantilla gracias a cursos de capacitación para cumplir con los diez pasos de la lactancia materna exitosa que promueve la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef.

Por la izquierda, Clara Pérez, Rafael Maroto, Matilde Noya y Helena Herrero. Al fondo imágenes de Michel Odent y Gro Nylander, especialistas que visitaron el hospital de Jarrio. / Ana M. Serrano
Por el hospital del Noroccidente asturiano pasaron profesionales de la talla de Luis Ruiz, Carlos González, Michel Odent, Gro Nylander, Charo Quintana, Adolfo Gómez Papi, José María Paricio o Pepa Aguayo. "En 2006 se echaba de menos más formación, más personal capacitado y que se no separara a la madre del bebé en las cesáresas", contó Noya. Ahora, dijo a un público donde abundaban los sanitarios, "hay que seguir".
Los sanitarios "tienen que ponerse las pilas"
En la sala también se habló de Lactamor, el grupo de madres, con sede en Navia, que puso en marcha reuniones entre mujeres que acababan de ser madres. Lo contó una de las fundadoras, Clara Margarita Pérez. Explicó que los inicios no fueron fáciles, recordó a "Feli", la mujer que diseñó el logo y mostró mayor entusiasmo, y a Silvia Arias; y se detuvo en la «cara B» de la maternidad y la lactancia.

Un momento de las jornadas que celebran la semana europea de la Lactancia Materna, en El Liceo. / Ana M. Serrano
"Según los estudios, el 80 por ciento de las mujeres están saturadas y tiene problemas de salud mental", profundizó . Para Pérez "hay profesionales que no se han puesto las pilas". El objetivo pasa por escuchar más a la mujer, formarse y evitar que los grupos de lactancia estén, como están, en "peligro de extinción".
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