Desde muy antiguo la mocedad y por eso de que la unión hace la fuerza ha preferido la xuntanza a la hora de la diversión. Fue el caso de un grupo de chavales cangueses asiduos participantes en la actividades de la iglesia parroquial de Cangas del Narcea, cuando en 1970 decidieron oficializar su grupo. La idea fue alentada por el cura y coadjutor de la misma parroquia, José Argelio Suárez Faya, y José Manuel García, respectivamente.

Se trataba ahora de participar con entusiasmo en las Fiestas en Honor de Nuestra Señora La Virgen del Carmen, de gran arraigo en Cangas del Narcea, y en las que otras peñas tales como El Arbolín, Barriga Hubiera, La Alpargata, etc, ya venían dando cumplida cuenta de su canguesismo. Dada la inclinación de esta panda por el vino cangués, en este caso servido en cachu (cuenco de madera en forma de plato), y que se comparte en grupo, se adoptó el nombre de Peña El Cachu. Había que significarse con un vestuario acorde, y se eligió una camisa de color verde, la única que en aquellos momentos figuraba en el estokaje de la tradicional tienda de Sandalio Gurdiel, también miembro fundador de la peña. Muy pronto nos unimos algunos otros peñistas, entre ellos, el maestro cangués José Antonio Casanova (autor de la música de "La mina y el mar").

Su primer presidente, Tomás Valdés, que residiendo en Barcelona acudía a Cangas provisto de una enorme cámara en la que lucía bien visibles las siglas TV (las propias de su nombre y apellido), y que simulando ser un camarógrafo de televisión, emitía con la boca un sonido similar al de una batería de grabación. Todo ello hacía que los cangueses se sintieran muy importantes y televisivos.

La Peña El Cachu, que cumple medio siglo, hace desde entonces gala de su generosidad obsequiando vino en cantidad por las calles canguesas en las fiestas de su patrona, eso sí, siempre en cachu. También se hizo cargo, de un modo muy lucido desde su primer año, de una descarga mañanera el 16 de julio. Por si fuera poco, y dada la habilidad musical de sus primeros componentes, los cantarinos forman parte del ADN de esta peña, para cuyo repertorio inicial, Doña Cloti Fernández, maestra del pueblo, y su hijo Pepe Gayón, compusieron algunos de estos cantares: " Cuando yo era muy pequeño, y no sabía rezar, mi madre a Ti me traía, y me enseñaba a cantar".