¡En Carnaval, todos al salón!

Los bailes del concejo de Tapia, entre la censura y las composturas

Félix Martín

Félix Martín

Desde siempre, los tapiegos han sentido la necesidad de bailar más allá de las fiestas al aire libre, que implicaban el riesgo de un escaparate objeto de miradas y sabichadas. El Círculo de Recreo o Casino (1865-1935), albergó entre otras actividades, a muy renombrados "bailes de traje", eso sí, siempre que los asistentes guardasen "una conducta digna y decorosa". La gran aceptación de estos saraos dio lugar a que Fernando Casariego eligiera el propio Salón del Ayuntamiento como pista de baile al menos 24 veces al año. Ahora bien, bajo los cuidados de "cuatro honrados vecinos de Tapia" vigilando los comportamientos. Sin embargo, el Círculo Católico dio al traste con aquellas celebraciones que calificaba de "trangallada".

Al lado de estas diversiones, el Colegio Santa Isabel, a cargo de los Padres Agustinos (1904-1927) y con sede en el actual instituto, organizó grandes bailes destinados a su alumnado. Pero otra vez la censura por la moda de bailar "a lo agarrao", puso fin a tanta "inmoralidad".

En 1927, Tapia abrió su más importante espacio de cultura y diversión, el Salón Edén, propiedad de Luciano Méndez y su esposa, Leonor Pérez, controladores también de la cortesía y el vestuario en los bailes. Desde 1965, José Alonso y su esposa Teresa Bedia arrendaron este local, exhibiendo innumerables sesiones de teatro, zarzuela, cine, mítines políticos, conciertos, bodas, elecciones de misses y, por supuesto, carnavaladas. Cerró en 1987.

En La Roda, sabemos del Salón de Socios (1930), frecuentado, se decía, por parroquianos izquierdistas; el Salón de Balbino, que regentaba Pepa d’Abreiras, el Salón de Llomba, del Salón de Servando (1937-1960), donde se recuerdan las actuaciones de los acordeonistas Cazoto, o El Pardín de Tol. Cuando no, sonaba la radiola propiedad de Servando Rodríguez Villamil.

Serantes abrió en 1944 el Salón El Imparcial, propiedad de Fernando López. Poco más tarde el Salón Martínez (1950-1973), un espacio destinado a cine y baile que llegó a gozar de gran popularidad en toda la comarca. Mientras tanto, en la parroquia de Campos y con un cierto aire parisino, funcionó el Salón La Argentina (1910-1940), situado frente a la escuela pública y siendo amenizado con un organillo propiedad de la casa.

Otra vez en Tapia, se abre el Salón La Terraza (1940-1961), ubicado en la actual sidrería del mismo nombre, y que originalmente albergó una fábrica de sifones y gaseosas. Aquí debutó la Orquesta Allegro, al poco tiempo adquiriente de dicho salón. La modernidad musical llegó a Tapia en 1984 con la apertura de la Discoteca Aquarium, ubicada en la antigua Fábrica de Conservas Bravo, junto al Muelle. Posteriormente, fue denominada Aloa, Radio TapiO.K, La Botellita y, desde 1995 hasta 2014, en que dejó de funcionar, de nuevo Discoteca TapiO.K. En la actualidad, Tapia no dispone de ningún salón, todos quedan en el recuerdo. Sin embargo, el Carnaval sigue más presente que nunca, gracias, sobre todo, al colectivo Os Mismos de Sempre, ganador en los últimos años en cuantas carnavaladas participan en Asturias y Galicia.

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