Amablemente, la fala no tiene quien la escriba

Félix Martín

Félix Martín

Llueve sobre muy mojado. Resulta que recientemente Tapia de Casariego poco menos que se levanta en pie de guerra porque la consejera de Cultura, Berta Piñán, tuvo a mal el intentar bautizar la futura residencia de artistas en la villa tapiega, con la desafortunada nominación de «Al Faru». Evidentemente, se trataba de un capricho más de esta gran poeta asturiana (dicen los expertos), que, por serlo, el presidente Barbón creyó que también sería una gran consejera. Nada de esto. Un buen fabricante de harina no tiene por qué ser un buen repostero, ni un lutier un buen instrumentista. Rectificar es de sabios, y así lo hizo nuestro Presidente, que apuesta por una «oficialidad amable» y que presume por tierra mar y aire de ser un gran disfrutador y conocedor del occidente de Asturias. Sobre todo, eso sí, desde que se ha formado la plataforma SOS Occidente que se presentará a las próximas elecciones del 28-M.

Y ahora resulta que Navia, El Franco, Tapia, y Figueras se han quedado sin profesorado de la asignatura de Eonaviago por falta de profesionales titulados para ello. Poco parece importar si tenemos en cuenta la inexistente identificación con esta seña de identidad, la fala, que va camino de convertirse en algo residual en los dieciséis concejos donde, supuestamente, sólo supuestamente, está implantada.

La Secretaría Llinguística del Navia Eo, otrora encargada de la publicación de la revista Entrambasauguas (1996-2009), en la que colaborábamos media docena de románticos de la fala, ni está, ni se le espera. El Premio Xeira (La Caridad, El Franco), que acreditaba a las mejores «narracióis curtias», despareció en 2012 y bastante hizo con sobrevivir desde que nació en 1991. Los grupos de teatro que antaño exhibían sus obras en fala con un ingenio sobresaliente (Ameicer, y Pico do Faro ambos de Tapia), permanecen inactivos. Las veinte obras literarias de Manolo Galano ni interesan, ni se conocen, ni se reeditan. Tampoco se reconoce públicamente el centenario de este grandísimo tapiego. Qué más da. Los grupos folk de la comarca, que grabaron en fala, «Hermanos del herba» (1999), y «Cádaba» (2001 y 2009), ambos de El Franco; «Darbukka» (2001), de Taramundi; y «Os Folgazáis» (2007), de Vegadeo, desaparecieron. Nos quedan «Bacotexo» y «Mestura» con una presencia, lógicamente, intermitente. También contamos con los poemarios de Xosé Miguel Suárez, María José Fraga, Conchita Lebredo, Ricardo Saavedra y Pepe Jardón, más cinco novelas escritas en fala. No es poco, pero insuficiente. En fin, no me canso de repetir que si la fala fuese patrimonio de alguna de las tres cuencas mineras (del Nalón, Caudal o Narcea), y no de una comarca absolutamente indolente, sería diferente. Pro nun hai xeito.

(Frase en fala: «hai», se escribe tal cual, con «i» latina). Traducción: «Pero no hay manera».