Opinión

Ojo con el Hospital de Jarrio

La comarca eonaviega, históricamente la más esqueicida de Asturias, vuelve a manifestar su hartazgo sanitario ante lo que considera un agravio comparativo y un desentendimiento constante de parte del Gobierno del Presidente Barbón, quien no duda, sin embargo, en exhibir en las redes sociales su amor por el Occidente asturiano. El problema es que, su presencia tiene que ver más con los saraos festivos para hacerse visible, que con atender a los verdaderos problemas de la población a la que se debe. El señor Barbón nunca ha visitado este centro sanitario. No hay que obviar, es verdad, la falta de profesionales, de igual modo que, sobran políticos con soldada multimillonaria, ignorantes de sus obligaciones, y que desafinan desde la primera nota.

El Hospital de Jarrio vuelve a estar en el punto de mira de 66.ooo ojos, 33.ooo habitantes de 16 concejos, hartos de las contingencias de dicho hospital. Y es que, para cualquier eonaviego, no digamos si se trata de un anciano (mayoría en esta comarca), una consulta médica no rebaja su importancia o urgencia, por mucho que la Administración se empeñe en ponerles sordina. Es la misma Administración socialista del Gobierno de Asturias, que un lustro tras otro (este hospital se inauguró en 1989), se muestra incapaz de programar las necesidades sanitarias a medio plazo. Los políticos no suelen ver más allá de un cuatrienio, el mismo que les aseguran las urnas. A partir de este tiempo, quien venga, que arree como pueda.

Lo cierto es que, mientras se anuncian las incorporaciones en Geriatría (sin servicio), Otorrinolaringología u Oftalmología; con varios meses sin anestesistas, impidiendo con ello las operaciones de Cirugía (ésta tiene dos profesionales, precisando siete); cuando Oftalmología ofrece servicios mínimos (con graves demoras en una patología tan común en la ancianidad, como las cataratas); cuando Urología, Dermatología y Nefrología son atendidas por profesionales que vienen a ratos a pasar consulta desde otros hospitales; cuando el servicio de Enfermería sufre continuos vaivenes, sobre todo veraniegos (tiempo con más afluencia poblacional); cuando en el horizonte se anuncian sin dar explicaciones, la Fusión de Áreas, o la declaración de Zona de Difícil Cobertura (no para todas las especialidades, lo que generaría agravios comparativos entre los profesionales); cuando los pacientes ven cómo avanzan sus patologías o cómo sus tiempos de espera se alargan desesperadamente; y cuando, en definitiva, los 16 alcaldes de la comarca anteponen su indolencia y no se levantan en pie de guerra mancomunando sus objetivos en favor de sus ciudadanos, los resultados y el horizonte no pueden ser más desalentadores.

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