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Televisión

Juanma Castaño, el "pitufo gruñón" que ha ganado mucho con "Masterchef"

El periodista ha incrementado su popularidad programa a programa y son muchos los fans que reconocen que ahora le adoran pese a tener muchos prejuicios contra él: "me caía mal", reconocían muchos

Juanma Castaño, con Jordi Cruz.

'Masterchef Celebrity 6' ha acabado con el éxito mayúsculo de un asturiano: Juanma Castaño. El periodista deportivo gijonés ha ganado el concurso, exaequo con el humorista Miki Nadal, y ha ganado muchas más cosas. Ha hecho amigos, ha conseguido presentar a su novia, Helena Condis, ante toda España y ante su propia familia de la mejor forma que podía imaginar; además, es seguro que ha ganado en calidad culinaria y en versatilidad televisiva.

Pero, sobre todo, la suya ha sido una clamorosa victoria en popularidad. Así se lo reconocen muchos seguidores en las redes sociales que han caído rendidos a la áspera ironía, el malhumor, el ceño fruncido y el ánimo cenizo del gijonés. El "pitufo gruñón", como le han denominado en la edición televisiva, que tenía siempre en plató su "rincón del triste", consiguió que no solo sus recetas gastronómicas fueran ganando adeptos sino también sus recetas de vida.

Frente al triunfalismo de muchos y su afán de lucimiento, Juanma Castaño hasta llegó a aparecer en el plató de TVE cargando con las maletas, como forma de asumir su inutilidad culinaria con la mayor de las elegancias; practicaba el derrotismo con sus platos y con los de sus compañeros, consciente de que algunas creaciones eran tan malas como incomestibles; y se resistía a dejar que salieran a escena sus emociones y sensiblerías, demostrando que no era el prototipo de protagonista de "reallity".

De todas esas cualidades se han ido enamorando los seguidores del programa, o así parece a tenor del cambio que se ha ido viendo en sus redes sociales. Fue contar que iniciaba su andadura en Masterchef y a Juanma Castaño empezaron a lloverle las críticas de los más "haters". Sin tapujos, muchos de sus seguidores -es lo que tiene proceder del tensionado mundo del periodismo deportivo- le escribieron durante días y semanas para contarle "lo mal que les caía" y lo mal que preveían que iba a hacerlo en televisión.

Bastaron un par de semanas para que empezaran a aflorar las conversaciones de quienes admitían que "no te conocía, pero me encantas", y a asomar tímidamente los "me caías mal y ahora me río muchísimo contigo".

A medida que cuajaba la buena relación con Miki Nadal, convertidos ambos en el dúo cómico del momento y parece que realmente en entrañables amigos, los seguidores de Juanma Castaño se iban incrementando. Quién se lo iba a decir a un asturiano que admitía, y no mentía, que entró al programa sintiendo un desapego total hacia el humorista, por no decir que sintiendo verdadera inquina. La que nació de las ironías que Nadal le dedicó durante años a Castaño en su programa de televisión y que al asturiano, con un particular sentido del humor, no le sentaban nada bien.

Pero resultó que en las distancias cortas la pareja se caía bien, se seguía las bromas y hasta compartía sentido del humor.

Y cuanto más juego daban los dos en pantalla, más crecía la popularidad de Castaño, un trabajador incansable del periodismo -al que se dedica desde los 17 años- que se ha ido ganando con creces sus ascensos, que sin embargo ha tenido que presentarse muchas veces a sus compañeros que desconocían su procedencia. "Encantado, Juanma Castaño, de Deportes", decía con gracia.

Pero hace ya más de un mes que en las redes sociales a Juanma Castaño le llovían los piropos, los agradecimientos por lo entretenido que hacía los programas y hasta por su forma de embridar a espíritus libres y desquiciantes como el de Verónica Forqué, Victoria Abril o el modisto Eduardo Navarrete. Se le agradecía, incluso, que no se callara cuando mostraba, ocultas entre bromas como todo lo suyo, las críticas veladas a lo cargantes que podían ser tantos rapeos de Arkano, tantos lloros de Bustamante, o tanto folcloreo de otros concursantes.

La guinda que apuntaló el "carrerón" televisivo de Juanma Castaño la puso su madre, Teresa Menéndez, invitada a un primer programa hace dos semanas, en el que tuvieron que cocinar juntos. Entonces llegó el acabóse de la ironía materno-filial, con esa pose tan asturiana de que de puertas afuera digo que "mi hijo es lo peor del mundo" cuando por dentro la mujer seguro que se moría por decir que "como mi hijo no hay otro". Y lo mismo mostraba Juanma hacia ella: verbalizaba eso de "no puedo con mi madre" pero la miraba con ganas de comérsela a besos.

arubiera@epi.es

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El mismo papel lo volvieron a jugar ayer madre e hijo en la final del concurso, con el padre Juan Manuel Castaño Centreno -policía nacional jubilado- mostrándose mucho más tranquilo y conciliador.

Para que su intervención televisiva fuera perfecta, Masterchef le cuadró al asturiano con un cambio oficial de pareja -se separó de su mujer hace meses y desde el verano se especulaba con su relación con una compañera, Helena Condis, tan popular como él por hacer el seguimiento del Barcelona-, lo que añadía interés a su perfil de personaje de reality.

Así que, al final, el triste y el que no sabía nada de cocina resultó el ganador; el que no pensaba exponer su perfil más íntimo llegó a llorar ante las cámaras dedicando su menú ganador a su familia y al recuerdo de sus abuelos; el que no iba a contar su vida bromeó en plató con casarse si ganaba Masterchef y asumió que sus padres conocieran a su novia con cámaras de por medio; el que entró teniéndole manía a Miki Nadal acabó sucumbiendo a los encantos del humorista... No pudieron haberle caído más en la boca.

arubiera@epi.es

Donde no parece que vaya a desdecirse es en su orgullosa asturianía, que ha sido de lo poco que ha hecho bandera constante en toda su vida. Y esa asturianía la derrochó también en Masterchef. Al final, un plato dulce, de sidra y manzanas, cerró con sabor a gloria su participación televisiva. Y ahora que multiplica los agradecimientos en las redes sociales, Juanma Castaño repite una y otra vez que: "Jamás me sentí tan querido".

Al final fueron Juanma Castaño y Miki Nadal, tanto monta monta tanto, los que se proclamaron por sorpresa ganadores de la sexta edición del talent culinario de TVE después de empatar en el duelo final con sus menús. Para el jurado era "lo justo" y para Castaño fue "un sueño".

"Estoy más contento que si hubiera ganado solo. Es el mayor acto de justicia que ha habido en toda la historia de 'Masterchef'", aseguraba el presentador mirando a cámara. Aunque luego reparó en que eso le supone repartir los 75.000 euros de premio con su amigo-contrincante. Le daba igual. Su parte irá a parar a Cris contra el cáncer, una organización de carácter privado e independiente cuyo objetivo es fomentar y financiar proyectos de investigación para el tratamiento y cura del cáncer.

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