Muchos son los elementos de Álvaro Lafuente que remiten a sus raíces, comenzando por el diminutivo de su nombre artístico, que fluye desde el pueblo aragonés de sus abuelos. O esa inseparable guitarra acústica que también le bautizó. Por eso la sofisticación que afronta adquiere en su música una dimensión especial: fascinante y seductora.

Él y Raül Refree, uno de los grandes productores del momento, descubren las enormes posibilidades de unas canciones que exploran caminos distintos, pero sin perder jamás el vínculo con la tradición tal y como la entiende el artista.