La mulata Micaela y el rumbero Manengue intentan buscarle novio a una viuda de veinticinco años, Enriqueta, indecisa de si aceptar a alguno de sus pretendientes. Su criada le aconseja que se case con uno rico de verdad aunque no sea médico ni sportsman ni abogado e intercede a favor del tímido y rudo Xuanón a quien enseñan a enamorar pues sus referencias amatorias son el almacén, las cuentas y las sardinas asturianas. Todo ello relatado por Ricardo, en las ruinas de lo que fuera el Teatro Alhambra de La Habana.