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Ganar el Oscar después de morir: todas las estatuillas póstumas, de Walt Disney a Heath Ledger

Robbie Robertson, fallecido el pasado 9 de agosto, opta el domingo al premio a la mejor banda sonora por la música de 'Los asesinos de la luna'

Robbie Robertson, en el New York Film Festival, en 2019. EP

‘Los asesinos de la luna’, la última película de Martin Scorsese, está dedicada a la memoria del autor de su banda sonora, el músico canadiense Robbie Robertson, que falleció el 9 de agosto a los 80 años de un cáncer de próstata. Cinco meses después de abandonar este mundo, el que fuera guitarrista y principal compositor de The Band obtuvo su primera nominación al Oscar en el apartado de mejor música original, una de las 10 categorías en las que ‘Los asesinos de la luna’ aspira a premio el próximo domingo.

De este modo, Robertson pasó a engrosar la lista de los casi 80 artistas que en la historia de los galardones de la Academia de Hollywood han optado a título póstumo a una estatuilla dorada en las categorías competitivas. Hasta la fecha, solo 15 han conseguido ganarla desde el más allá (y uno de ellos, dos veces).

Sidney Howard (1940)

Mejor guion adaptado. ‘Lo que el viento se llevó’. El primer Oscar póstumo de la historia fue para este dramaturgo y guionista que murió aplastado por un tractor en su propio garaje cuatro meses antes del triunfal estreno de ‘Lo que el viento se llevó’, monumental adaptación de la novela del mismo título de Margaret Mitchell en la que Howard aparecía acreditado como autor único del libreto pese a las notorias intromisiones del productor David O. Selznick.  

Victor Young (1957)

Mejor banda sonora. ‘La vuelta al mundo en 80 días’. Un caso de verdadera mala suerte. En vida, el compositor y arreglista Victor Young acumuló 20 nominaciones al Oscar y no pudo convertir en premio ninguna de ellas. En noviembre de 1956, padeció una hemorragia cerebral y murió con solo 57 años. En marzo del año siguiente, ganó la estatuilla por la música de ‘La vuelta al mundo en 80 días’. Demasiado tarde.

Victor Young. EPC

William A. Horning (1959 y 1960)

Mejor dirección de arte. ‘Gigi’ y ‘Ben-Hur’. La única persona que ha ganado el Oscar dos veces después de morir. Colaborador del legendario Cedric Gibbons en la Metro, Horning fue candidato a la estatuilla en cinco ocasiones antes de fallecer en 1959 durante el rodaje de ‘Ben-Hur’. Ese mismo año se le concedió al galardón por su trabajo en el musical de Vincente Minnelli ‘Gigi’ y en la edición siguiente repitió con ‘Ben Hur’ (en 1960 también estuvo nominado por ‘Con la muerte en los talones’).

Sam Zimbalist (1960)

Mejor película. ‘Ben-Hur’. Entre los 11 galardones que cosechó ‘Ben-Hur’ en la ceremonia de 1960, dos tuvieron carácter póstumo. El ya mencionado de William A. Horning en la dirección de arte y el del productor Sam Zimbalist, fallecido de un infarto en Roma mientras trabajaba en el colosal péplum de William Wyler. Es la única vez en que el Oscar a la mejor película ha recaído en alguien que ya no estaba entre los vivos.  

Stephen Boyd y Charlton Heston en 'Ben-Hur' de William Wyler. Archivo

Eric Orbom (1961)

Mejor dirección de arte. ‘Espartaco’. En unos años en los que los dramas históricos ambientados en la antigüedad clásica arrasaban en las categorías artísticas, la película de Stanley Kubrick brindó a este decorador de origen sueco su primer y único Oscar casi dos años después de su prematura muerte.

Walt Disney (1969)

Mejor cortometraje animado. ‘Winnie the Pooh and the blustery day’. El gran tótem de la animación estadounidense sigue ostentando a día de hoy el récord de nominaciones (59) y de galardones (22, más otros cuatro honoríficos) en los Premios de la Academia de Hollywood. El último Oscar lo ganó a título póstumo por el segundo cortometraje del estudio basado en las historias de A. A. Milne sobre el personaje de Winnie the Pooh, que fue el último trabajo de Disney como productor antes de morir de cáncer de pulmón en diciembre de 1966.

Walt Disney. Leisure Disney

Raymond Rasch y Larry Russell (1973)

Mejor banda sonora. ‘Candilejas’. Un caso curioso. La película de Charles Chaplin se estrenó en 1952 en Nueva York y algunas otras ciudades de la Costa Este de EEUU, pero la mayoría de los cines del país se negaron a exhibirla a causa de las simpatías comunistas de su director. El estreno oficial en Los Ángeles no se produjo hasta 20 años más tarde, y ello hizo posible que el filme estuviera presente en la gala de los Oscar de 1973. Ganó el premio a la mejor música, que el propio Chaplin firmaba junto a Raymond Rasch y Larry Russell, pero para estos dos ya era demasiado tarde, pues habían muerto en 1964 y 1954, respectivamente.  

Peter Finch (1977)

Mejor actor. ‘Network. Un mundo implacable’. Aunque el coprotagonista de ‘Network’ William Holden tenía más estatus de estrella y más tiempo en pantalla, la Metro decidió apostar por el australiano Finch como su mejor baza de cara a los Oscars, así que lo embarcó en una intensa gira promocional a la que el actor no sobrevivió (murió en enero de 1977 de un ataque al corazón tras grabar una participación en el programa de Johnny Carson). Que le dieran la estatuilla era lo mínimo.  

Peter Finch, en una imagen de 'Network'. EPC

Geoffrey Unsworth (1981)

Mejor fotografía. ‘Tess’. A este prestigioso director de fotografía británico, que ya había ganado el Oscar en 1973 por su trabajo en ‘Cabaret’, le falló el corazón durante el rodaje de ‘Tess’ en Francia en 1978 y tuvo que ser sustituido por Ghislain Cloquet. Dos años y medio más tarde ambos compartieron la estatuilla, pero solo el segundo pudo recogerla.

Howard Ashman (1992)

Mejor canción original. ‘La bella y la bestia’. En febrero de 1990, tras recoger juntos el Oscar a la mejor canción por ‘Under the sea’, de la película ‘La sirenita’, el letrista Howard Ashman le reveló al compositor Alan Menken que estaba enfermo de sida. Murió al cabo de un año, justo después de completar su trabajo en ‘La bella y la bestia’. Tres de sus canciones para el filme optaron al Oscar en 1992 (ganó ‘Beauty and the beast’), y al año siguiente volvió a ser candidato por ‘Friend like me’, de ‘Aladdín’. Cuatro nominaciones póstumas que aún hoy siguen siendo un récord.  

Howard Ashman (izquierda) y Alan Menken (derecha), durante la grabación de 'La sirenita'. Disney

Thomas C. Goodwin (1993)

Mejor cortometraje documental. ‘Educating Peter’. Un cortometraje sobre un estudiante con síndrome de Down integrado en un aula ordinaria de un centro escolar de Virginia le dio al cámara y productor Tom Goodwin el único Oscar de su carrera tres meses después de sucumbir al cáncer.  

Conrad Hall (2003)

Mejor fotografía. ‘Camino a la perdición’. Cuando el director de fotografía Conrad Hall falleció a los 76 años de un cáncer de vejiga en enero de 2003, dejaba atrás una brillantísima carrera distinguida con dos Oscars (por ‘Dos hombres y un destino’ y ‘American beauty’) y otras siete nominaciones sin premio. Dejaba también una película póstuma, ‘Camino a la perdición’, de Sam Mendes, que está dedicada a su memoria y que ese mismo año le brindó su décima nominación y su tercera estatuilla.

Heath Ledger (2009)

Mejor actor de reparto. ‘El caballero oscuro’. La segunda parte de la trilogía de Christopher Nolan sobre Batman se estrenó seis meses después de que un imprudente cóctel de fármacos acabara con la vida del actor australiano, con lo que la torrencial interpretación que este había hecho del payaso sociópata conocido como Joker se convirtió desde el principio en el gran reclamo de la película. Como si fuera una señal, el anuncio de su nominación al Oscar se produjo justo el día en que se cumplía el primer aniversario de su muerte. El premio, inevitable, fue recogido por su familia.

Heath Ledger, en el papel de Joker en 'El caballero oscuro'. EPC

Gil Friesen (2014)

Mejor largometraje documental. ‘A 20 pasos de la fama’. El último Oscar póstumo hasta la fecha fue entregado hace ahora una década. El beneficiario fue el productor Gil Friesen, un alto ejecutivo de la industria musical cuyo interés en las historias de las coristas que siempre han vivido a la sombra de las grandes estrellas le llevó a encargar al director Morgan Neville un documental sobre el asunto. Friesen murió de leucemia en diciembre de 2012 y la película conquistó la estatuilla un año y tres meses después.

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