Mutante precognitiva y clarividente. Así se define a Madame Web, personaje secundario, poco relevante, de la escudería de superhéroes Marvel. Debutó a finales de 1980 en un cómic de Spider-man y nunca ha tenido entidad o colección por sí misma. Tampoco pertenece al universo cinematográfico Marvel. Es una apuesta de Columbia-Sony, la productora que tiene los derechos del hombre araña. En época de crisis de ideas, cualquier personaje ‘marveliano’, por pequeño que sea, vale para una película.

Si exceptuamos sus pasajes finales y unos cuantos agujeros de guion importantes, ‘Madame Web’ no funciona mal. Dakota Johnson da prestancia a su personaje y posee cierto interés la trama que le enfrenta al asesino de su madre, un tipo codicioso que se quedó con la araña de la amazonia peruana que otorga poderes, mientras de paso protege a tres adolescentes que en el futuro se convertirán en mujeres-araña. ¿De qué poder goza Madame Web? Cuando aún no se entera de ese poder, tiene premoniciones. Una super-heroína síquica. Cuando empieza a controlarlo puede usar la vasta red (de araña) que conecta civilizaciones y épocas para estar en más de un lugar al mismo tiempo. Comparada con otras producciones Marvel, es casi una serie B (cara). Y en su ausencia de pretensiones reside su posible encanto.