El cierre de Robuchon en Madrid da la razón a las dudas del chef más laureado

Un nuevo giro inesperado en la escena gastronómica madrileña: el restaurante Robuchon Madrid acaba de cerrar de forma abrupta sus puertas, apenas dos años y medio después de su espectacular apertura en septiembre de 2022.

Este cierre parece dar la razón a las pesimistas previsiones del legendario chef Joël Robuchon, fallecido en 2018, quien advertía de la dificultad de competir en la capital en España con los precios de los menús que según sostenía no alcanzan los estándares que él consideraba necesarios para su alta cocina. "Quién va a apagar por un menú 250 euros en España", se preguntaba un enamorado al mismo tiempo de las tapas españolas.

A Martín Berasategui le ocurrió algo parecido y cerró en Madrid en noviembre de 2024, hace nada, en el Club Allard por desavenencias con la gestión de los dueños del mítico establecimiento. 

Admirador de la cultura japonesa y española

Robuchon, ferviente admirador de la cultura japonesa, tenía con una debilidad especial por España (donde pasaba sus veranos -concretamente en Calpe- y frecuentaba la barra de Nou Manolín en Alicante). Sus herederos, divididos en la gestión, habían apostado unos fuerte por la capital española, a pesar de los recelos del chef fallecido, el único del mundo que ha logrado atesorar 28 estrellas Michelin.

El establecimiento madrileño, un ambicioso proyecto de tres plantas ubicado en el antiguo local del mítico y añorado Embassy, buscaba mantener vivo el legado del chef, poseedor del récord mundial de estrellas Michelin, a través de sus distintos espacios: L'Atelier, L'Ambassade y Le Speakeasy.

Pero la realidad no cumplió con las expectativas de sus sucesores. El cierre se produjo sin contemplaciones, con una reunión informativa a los empleados en la que se les comunicó la venta del local y la decisión de la dirección de cesar la actividad. Este hecho ha dejado a 37 trabajadores en una situación de incertidumbre total, debido a la falta de un departamento de Recursos Humanos en el grupo desde mediados de 2024.

El restaurante permanece cerrado, con las persianas bajadas, dejando tras de sí un menú del día a 35 euros que ya no podrá ser degustado. Aunque el local ha sido traspasado a un nuevo grupo de restauración que planea abrir con un concepto gastronómico diferente, este paso atrás de la firma francesa plantea interrogantes sobre el futuro de la alta cocina en la capital española.

Madrid, plaza difícil

Este no ha sido el único jarro de agua fría en Madrid para chefs muy reconocidos. La relación profesional de Martín Berasategui y José María Goñi al frente del restaurante madrileño El Club Allard también llegó a su fin por el desacuerdo surgido con los dueños y gestores del restaurante de Ferraz 2, apenas unos meses después de que la guía Michelin 2024 reconociera con una estrella el trabajo del equipo. Lo que parecía un prometedor comienzo se ha visto truncado por diferencias entre las dos partes.

Madrid es una plaza gastronómica desafiante, pero es también testigo del auge y la caída de numerosos chefs consagrados.