Gandía se ha convertido en el personaje más odiado de 'La casa de papel'. No sólo de la cuarta temporada. Me atrevería a decir que de toda la serie. De acuerdo que Arturito cae mal, pero es un personaje tan rastrero que no se le llega a tomar en serio como amenaza. En cuanto a la inspectora interpretada por Najwa Nimri y que parecía que iba a ser la gran villana, es tan retorcida que es imposible no encontrar divertida su hijoputez. Pero Gandía ha conseguido despertar nuestros sentimientos más primarios en esta cuarta temporada de 'La casa de papel', tras hacer algo que muchos seguidores no podrán perdonarle jamás. Pero se olvidan de una cosa. Si esto fuera 'Jungla de cristal', Gandía sería Bruce Willis y disfrutaríamos viéndole hacer lo que hace. Doy por supuesto que, tras tantos días de confinamiento, la gran mayoría de los que leen esto saben de lo que hablo por haberse devorado durante el fin de semana en Netflix los nuevos episodios de la serie. Por respeto a los que no, seguiremos hablando en clave para evitarles spoilers.

Parece que fue ayer cuando en 1988 un grupo fuertemente armado irrumpió en la planta treinta de la Torre Nakatomi en Los Ángeles para cometer un atraco mientras simulaban ser un grupo terrorista. No contaban con que en ese momento habría un policía fuera de servicio en la empresa asaltada, que sería quien finalmente abortó su concienzudo plan. El policía en cuestión era John McLaine, interpretado por Bruce Willis en la película con la que daría el gran salto de la pequeña a la gran pantalla. De galán de comedia romántica en 'Luz de luna' a héroe de acción en 'Die Hard'. El público le aplaudía con cada atracador que abatía a tiros y con cada uno de sus chistes.

En cambio en 'La casa de papel', Gandía es el policía que está a punto de reventar el golpe a la banda de los monos rojos y las caretas de Dalí. Pero él no estaba en el lugar del objetivo por casualidad, sino que el atraco le pilla de servicio. Cuando El Profesor ideó el golpe, sabía perfectamente lo peligroso que Gandía podía llegar a ser para el plan. El agente de la Ley hispano se ha convertido en el John McLaine de la serie. Pero cada vez que Gandía dispara, temblamos. Y sus chistes y machadas no nos hacen gracia. Sólo nos faltaba que después del tiro de gracia hubiera dicho eso del "yipikayei". El actor José Manuel Poga se ha encargado de interpretar a uno los personajes que más odiaremos en 'La casa de papel'. Y eso que su intervención en la tercera temporada la tenía yo prácticamente olvidada. Ha sido en esta cuarta entrega, cuando se ha convertido en todo un agente del caos.

¿No recuerda el look de Álvaro Morte como El Profesor al de Alan Rickman como el líder de la banda de atracadores de 'Jungla de cristal'? Con su barba, siempre vestidos ambos elegantemente y verdaderas mentes pensantes del plan. Casi diría que hasta tienen el mismo peinado. A Tokio (Úrsula Corberó) la veo yo como aquella rubia letal armada con cuchillos que aparecía en la tercera parte de la saga norteamericana; mientras que Helsinki (Darco Peric) podría ser cualquiera de los atracadores cachas con acento del Este de Europa a los que se enfrentaba Willis. A Denver (Miguel Herrán) no consigo separarle del personaje que interpreta en 'Élite', el otro pelotazo made in Spain de Netflix, así que habrá que ver cómo queda en la piel de El Cid en la serie que está produciendo Amazon. Mientras que de Nairobi (Alba Flores), mejor no decir nada por si acaso.

La diferencia de todos ellos con las bandas de atracadores que aparecen en 'Jungla de cristal' es que ahora los primeros son los buenos. Tienen su propio código y, aunque viven al otro lado de la ley, hay cosas que ellos jamás harían. En algún momento, el género de acción cambió a los justicieros armados con pistolones que disparaban primero y preguntaban después para centrarse en los que hasta ahora eran los malos. En los inicios de esta edad de oro que estamos viviendo lo que se llevaba eran los antihéroes. De Toni Soprano a Walter White. Muchos de ellos eran personas que se veían obligadas a vivir fuera de la Ley en unos años en los que la crisis económica dejaba a millones de trabajadores sin nada y con la sensación de que el Estado les había abandonado. 'La casa de papel' bebe de ese espíritu subversivo y vende la idea del atraco como medio para reberlarse contra los poderosos. Quizá de manera un poco idealista. Sinceramente, ¿alguien piensa que esas denuncias de vulneración de los derechos humanos hubieran puesto a las autoridades contra las cuerdas como ocurre en la serie? No, ¿verdad?

Y hablando los antihéroes, otro de los referentes cinematográficos de 'La casa de papel' ha sido también la saga 'Fast and Furious'. Por cierto, que en esas pelis nuestra Elsa Pataki también interpreta a una policía que se lía con el jefe de la banda de atracadores, Vin Diesel. ¿Les suena verdad? Jason Statham también se marcó un Bruce Willis cuando interpretó al villano de la séptima entrega de estas pelis. ¿A que se parece a Gandía? En una y en otra, los protagonistas se enfrentan a atracos cada vez más espectaculares. Al ritmo de repercusión internacional que tiene la serie, no sería de extrañar que pudiera manejar algún día presupuestos similares. Aunque en el caso de 'La casa de papel', después de la Casa de la Moneda y del Banco de España, ¿qué les queda? El segundo de estos atracos es el que todavía nos está contando la serie y ya sabemos que esa trama va a continuar en la quinta temporada. Pero tampoco sería muy conveniente que siguieran estirando esta situación. Necesitan escenarios nuevos y Álex Pina, el creador de la serie, ya está pensando en posibles nuevos objetivos. ¿Se encontrarán con un nuevo Jonh McLaine cuando llegue ese momento?