Dentro del programa del Defensor del Espectador de RTVE hay mensajes que enternecen. Como el de un señor de Cieza que se quejó, muy apurado, de que en las páginas del Teletexto hubiesen dejado de incluir las noticias de primera página de los periódicos regionales. Si enternecedora resultó la pregunta, no lo fue menos la respuesta, en el que las altas instancias de la casa le informaban que esa situación se había producido debido a que se había prejubilado la trabajadora que se encargaba de volcar esas noticias en el Teletexto, y que al no haber sido reeemplazada, ese servicio no podía cumplirse. Y uno no podía dejar de imaginar a los escasos responsables todavía en activo del Teletexto, al fondo de la redacción, esperando el momento de su jubilación, viendo cómo iba mermando su miniredacción año tras año al tiempo que la información digital se comía plantas completas.

Mientras en RTVE responde predominan las quejas sobre la igualdad o el tratamiento de las minorías. En el de abril denunciaron que en un capítulo de 'Servir y proteger' vincularon a los manteros con el terrorismo yihadista; que en rótulo erróneo en 'Las cosas claras' pusieron Madrid en lugar de España; o por qué el programa 'The Dancer' mantiene su título en inglés y no se traduce al castellano. De ahí que resultase emotiva la aparición de un jubilado de Cieza que hubiese echado en falta sus noticias del Teletexto. A él, seguramente, esa carencia le había roto sus hábitos diarios y a ver quién le explicaba que esos titulares podía leerlos en Internet. Sin duda, él defendería que no sería lo mismo. Que como en su Teletexto de los últimos 35 años no sabrían igual. Y seguramente tendría razón.