Para todos aquellos a los que ya les empieza a saturar tanta serie sobre mundos distópicosStar Trek siempre se ha mantenido como ese cálido refugio en el que la llama de la utopía sigue encendida y un futuro mejor es posible. Ni el pesimismo tecnológico de Black Mirror, ni la sociedad pospandémica de Estación 19, ni el auge de los populismos de Years and years, ni mucho menos las cofias rojas de las criadas de The Handmaid's Tale. La tecnología ha hecho mejor el mundo, la enfermedad, la guerra, las brechas de género y la pobreza quedaron atrás. Los planetas de la Federación se han unido para explorar la galaxia para descubrir formas de vida y nuevas civilizaciones hasta alcanzar lugares donde nadie ha podido llegar. La cuarta temporada de Star Trek Discovery acaba de emitir su último episodio (en España a través de Pluto TV por razones que explicaremos más abajo) y nos ha dejado con un sabor más trekkie que nunca, poniendo al día los valores de Gene Roddenberry cuando creó la serie en los años 60, por mucho que a este título de la franquicia no le han faltado sus legiones de haters.

La serie ha sabido ir reinventándose temporada tras temporada, con un capitán nuevo al frente de la Discovery a cada entrega haciendo frente a diversas amenazas. En la tercera temporada, la serie dio un giro, al hacer que sus protagonistas viajaran en el tiempo en un salto de mil años hacia el futuro, en un universo donde la Federación era una sombra de lo que era y parecía haberse hundido en el más absoluto de los desastres. El final nos sirvió en bandeja el resurgir de la Federación, con un Universo totalmente nuevo por explorar y con la protagonista haciéndose al fin con el mando de la Discovery. Michael Burnham (Sonequa Martin-Green), la hermanastra de Spock, ya es la jefa del cotarro y tanto ella como su tripulación han decidido quedarse en el futuro. La serie ha dejado de ser precuela y se convierte en el buque insignia de la franquicia. Sin embargo, la llegada de la pandemia y las limitaciones en los rodajes por las medidas sanitarias ha podido rebajar un poco las pretensiones de esta cuarta temporada. Toda la trama ha estado orientada hacia el primer contacto con una nueva especie, una enigmática raza bautizada como la 10-C. Tecnológicamente es muy superior a la Federación, no sabemos si son pacíficos u hostiles aunque tienen la capacidad de causar una gran devastación. Y sus formas de comunicación no tienen nada que ver con lo que estamos acostumbrados. La chispa del malentendido cultural para causar una guerra está servida.

Discovery apuesta por el mensaje de Star Trek de toda la vida. Ése de tratar de buscar la solución más pacífica para la resolución de los conflictos, frente a las soluciones de gatillo fácil. Todo hay que decirlo, las tres temporadas anteriores no habían tenido un espíritu muy pacifista que digamos. Siempre había razas que ponían en peligro toda la galaxia y los principios de exploración y de tender puentes parecían un tanto olvidados por otros ideales más bélicos. Uno de los mejores momentos de la temporada es ese episodio donde los humanos y la especie 10C exploran modos de comunicarse. Naturalmente, la amenaza viene de quiénes no están dispuestos a recibir a los chicos nuevos del barrio de la manera más amistosa posible y tratan de hacerles daño donde más les duela para ponerles en su sitio. Marcar territorio.

La llegada de la Especie 10-C nos hace recordar por momentos a la película con la que la saga debutó en la gran pantalla en 1979 bajo la dirección de Robert Wise, donde una misteriosa nave se dirige hacia la Tierra destrozando todo lo que encuentra a su paso. Encontrar la forma de comunicarse con ella es lo que puede evitar la devastación. Argumento similar al que nos cuentan en el segundo episodio de la quinta temporada de La nueva generación (Darmok), donde el capitán Jean Luc Picard (Patrick Stewart) se encuentra atrapado en un planeta alienígena con el oficial de otra especie que solo saben comunicarse a través de metáforas. La clave para la supervivencia es traducir y entender qué quiere decir Darmok y Jalad en Danagra.

En el apartado de las pegas está el que ya llevamos dos temporadas en el futuro y aún no sabemos nada de todas aquellas especies que conocimos en las otras series de la saga, ni qué ha sido de ellas. También echo de menos un mayor desarrollo de algunos de los personajes secundarios, ya que el verdadero protagonismo lo llevan unos pocos, mientras que el resto está apenas esbozado.

Mientras Discovery ha conseguido recuperar a la Federación con la que soñó Roddenberry, en Amazon acabamos de estrenar la segunda temporada de Picard. Episodios con los que se ha vuelto a sacar del baúl el fantasma de las distopías. Hay una nueva amenaza que ha cambiado el pasado y ha convertido el sueño en una dictadura totalitaria, la Confederación, al más puro estilo de los personajes del Universo Espejo que hemos visto en otras series de la franquicia. Situación que ha servido de pretexto para que los protagonistas viajen al pasado a corregir la línea temporal. Un pasado que en realidad es nuestro presente (o casi). Es de suponer que nuestros héroes arreglarán el desaguisado y volverán a ese futuro feliz.

Viajar a nuestro tiempo ha sido otro argumento clásico en algunos episodios de la serie. Lo hizo la serie original al final de su segunda temporada y especialmente en la cuarta parte de la continuación de la saga en la gran pantalla. Este arco argumental de Picard es un homenaje a esa película dirigida por el propio Leonard Nimoy, el actor que interpretaba a Spock, y que supuso el resurgir de la saga, ya que debido a su éxito se dio luz verde a la serie de La nueva generación. En el episodio de esta semana hay un homenaje hilarante a la escena en la que Spock planta cara a un fortachón con cresta y un ruidoso radiocasette en un autobús. La tripulación de la Voyager ya hizo otro viaje a la actual Los Ángeles en su tercera temporada; y otro tanto hicieron los protagonistas de Espacio Profundo Nueve (DS9) también en la tercera entrega, solo que su destino fue San Francisco. Por cierto, que en DS9, fueron precisamente al año en el que se encuentran los protagonistas de Picard, el 2024, y en ambas series se nos han mostrado campamentos donde las autoridades confinan a la población indigente. ¿Habrá alguna conexión de estas dos líneas argumentales? No hay que olvidar que en aquella incursión hicieron un pequeño cambio en la línea temporal.

Para la segunda temporada de Picard, volvemos a recordar algunos de los mejores de La nueva generación, trayendo de vuelta a dos personajes con los que el mítico capitán de la Enterprise tuvo una relación especial; a Guinan (Whoopi Goldberg) y al todopoderoso Q (John deLancie). Su compañera de confidencias, una, y una especie de némesis, el otro, que a lo largo de los episodios regresaba para atormentarle. Todo un fan service para los que disfrutamos de aquella serie.

El chapucero cambio de plataforma

Una de las novedades de la cuarta temporada de Star Trek Discovery ha sido el cambio de plataforma. De la noche a la mañana, Discovery abandonó Netflix el pasado otoño dejando desolados a sus fans a pocos días del inicio de la temporada. La serie es uno de esos caramelos que se guarda Paramount para el lanzamiento de su nueva plataforma y con la que aspira a competir con Netflix, HBO, Amazon, Disney y Apple. El problema era que este servicio no tiene fecha de entrada en funcionamiento en España a corto plazo. De la noche a la mañana, Pluto TV se erigía como la gran salvadora. Una nueva plataforma de televisión gratuita y sin registro que se puede ver por internet, pero con cortes de publicidad. Una de las grandes pegas ha venido con el hecho de que la emisión ha sido en directo, como la tele de toda la vida, sin que los episodios estuvieran disponibles en la opción de títulos a la carta. O estabas detrás de la pantalla a la hora señalada, o te perdías el episodio. Finalizada la temporada, en la página se dispone de un canal específico donde se están emitiendo todos los episodios para aquellos que se quieran poner al día. No termino de encontrar muy cómodo el sistema y se me queda la sensación de que ha sido un portazo a Netflix en toda regla un tanto chapucero e improvisado en el que no se han terminado de medir las consecuencias.

Decíamos un poco más arriba que hace ya unas semanas que tenemos en Amazon Prime la segunda temporada de Picard y a finales del año pasado estrenaron allí la nueva entrega de la serie animada Lower Decks. La otra serie de dibujos animados, Prodigy, así como Strange New Worlds parece que aguardan su estreno en la nueva plataforma. Con todos estos movimientos, mucho nos tememos que eso de tener todas las series (la clásica, La Nueva Generación, Espacio Profundo 9, Voyager y Enterprise) en Netflix puede tener los días contados. La utopía de tener toda la franquicia ordenadita en una sola plataforma para pegarse buenos maratones galácticos, como sí que está haciendo Disney con Star Wars, parece hoy en día complicado. Al menos hasta que llegue Paramount a España y no sé muy bien si ya estamos empezando a tener demasiadas plataformas.

Mientras tanto, para todos aquellos a quienes esta apabullante cantidad de nuevos estrenos les siga pareciendo poco, en Amazon Prime está disponible el documental sobre el viaje al espacio de William Shatner, el actor que encarnó al legendario capitán Kirk. Con 90 años, se ha convertido en la persona con mayor en viajar al espacio. Un merecido homenaje para quien nos hizo soñar con la misma odisea. Seguramente entre el equipo que ha hecho posible el ascenso a las estrellas habría seguidores de las aventuras de la Enterprise.