Recientemente se celebró en Oviedo el simposio anual de la Asociación Española de Economistas. En el seno de dicha reunión la principal novedad ha sido la celebración del llamado «job market», patrocinado por la Asociación Europea de Economistas.

El objetivo del «job market» es poner en contacto a jóvenes doctores en búsqueda de trabajo con aquellas universidades que necesitan cubrir alguna vacante. Así, durante estos días, Oviedo contó con la presencia de cien jóvenes doctores en economía de las mejores universidades europeas (LSE, UCL, IUE, Pompeu Fabra...) y americanas (Columbia University, NYU, UCSD, Boston University, Cornell...), así como de representantes de quince universidades españolas.

Este tipo de reuniones suele seguir siempre un mismo ritual, de origen anglosajón: cada uno de los jóvenes doctores expone, durante 25 minutos, un trabajo ante la audiencia de los responsables universitarios. Posteriormente cada Universidad puede entrevistar a aquellos candidatos cuyos trabajos ha considerado de mayor interés. Si esta entrevista tiene éxito, el joven doctor será invitado a presentar un seminario en la Universidad interesada y a entrevistarse con los profesores del departamento. Este proceso puede culminar con la contratación final del joven doctor en la modalidad de «tenure track», es decir, por un período de 6 años, con la renovación condicionada a un número y calidad de publicaciones predeterminados. Este proceso de selección del profesorado procede de las universidades norteamericanas, lo cual prueba, una vez más, que, afortunadamente, USA no es sólo la gran potencia que invade Irak o que conforma en Florida el resultado de unas elecciones generales.

Curiosamente, a los asturianos, este procedimiento anglosajón de selección de los profesores nos recuerda, más que a nuestro mundo académico universitario, a algo bien distinto. Hace veinte años, por iniciativa de Juan Benito, fundador y presidente de Tribuna Ciudadana, se reeditó la parte correspondiente a Asturias del «Viaje por las escuelas de España», publicado por vez primera en 1926 por el periodista y escritor Luis Bello. A través de este gran libro llegó al conocimiento del gran público la existencia de la feria de maestros de Xera (Tineo), que cada año se celebraba coincidiendo con la feria de ganado de los Santos. Allí los representantes de pueblos y, sobre todo, de brañas sin escuela estatal se entrevistaban con los babianos aspirantes a «maestros», a quienes interrogaban sobre sus saberes y -como dicen actualmente los pedagogos- «destrezas». Además de leer, escribir y las cuatro reglas, una de las destrezas más valoradas era que el candidato a «maestro» supiera tocar el acordeón, para poder hacer baile en la braña a lo largo del invierno.

No debemos sorprendernos de que los métodos más avanzados de selección del profesorado seguidos en todo el mundo tengan un claro antecedente en el ámbito de los vaqueiros de alzada, un grupo humano, relativamente poco numeroso, que creó la mayor parte de nuestro folclore occidental asturiano y que, en sus coplas, realiza algunas de las críticas más radicales, de más ingenio y más rigurosas de cuantas se han hecho sobre la sociedad asturiana:

«Andouvieran en xusticia

hasta que al cabu amansaran

deixándulus bien palpaus

lus curiales de la L.luarca».