Ya lo dice don Jerónimo Granda este mundo es fantástico, y no porque la realidad sea guay, chachipiruli y superfabu que te cagas, sino que sencillamente vivimos en la fantasía elevando las cuestiones más intrascendentes a asuntos de la mayor gravedad y dejando lo verdaderamente urgente a un lado.

Según los rotativos, las primeras «empresas» en contratación en las Cuencas son los Ayuntamientos, algo que además de antinatural acarrea el peligro de convertirnos, aún más, en una sociedad de estómagos agradecidos, el número de bares está cayendo -algo que yo no me creo porque no veo más que bares recién inaugurados y con unos precios que te dejan temblando-, si esto es así, ¿qué será de nuestra fama ante el resto del mundo, esa fama de la que tan orgullosos estamos y que por nada del mundo queremos perder? A ver, ¿dónde van a ir todos los ociosos a partir de ahora? Mira que si se les ocurre ir a la bibliotecaÉ ¡por Dios! ¡Qué peligro! Y frente a estos y los otros muchos problemas, acuciantes, que tenemos ¿saben ustedes cuál ha sido el objeto de protesta vecinal? La publicidad que el gremio de cerrajeros coloca en los canalones, ¡Sí, sí! Eso sí que es grave, urgente, alarmante, preocupante y perentorio, por menos que eso se invadió Polonia, el resto gilipolleces.

Hay que dar la razón a los vecinos, los cerrajeros además de tener la poca vergüenza de saber abrir cerraduras sin utilizar la llave y cobrar sus buenas perras por hacerlo, cuando el resto de profesionales trabajamos gratis, tienen la desfachatez de poner pegatininas por doquier para publicitarse, ¡no hay derecho! ¡Tiene que publicarse inmediatamente una ley en contra de estas prácticas! Con lo bonitas que son las prácticas corrientes de publicidad: el buzoneo que te despierta a las 9 de la mañana y te hace tener que vaciar el buzón siete veces al día, luego dicen que hay deforestación.

La solución o bien pasa por echar a los cerrajeros de las Cuencas o por no olvidar nunca las llaves dentro de casa, ¡Verás como se acaban las pegatinas! Además un tío que se dedica a estudiar cómo abrir cerraduras, ¿quién nos dice que no se ponga a trabajar para el mal? Hay abogados que se ponen al servicio de empresas contaminantes, psicólogos que trabajan para manipular las mentes y hacernos comprar más Ipods y teléfonos móviles, políticos queÉ ¡bueno no!... estos como no tienen ningún talento concreto no trabajan, únicamente lo aparentan, pero un tío que por definición revienta cerraduras no estará muy lejos de ponerse al servicio de las fuerzas de la oscuridad.

¿Ven? Una vez la gente de la calle tiene razón, y hay quien dice que no la tiene, que siempre anda errada y se deja engañar y deslumbrar, nada de paro, ni delincuencia, ni gamberrismo, ni declive económico, ni emigración juvenil -ahora quejarse por eso no tiene sentido ya que tenemos asociaciones para dar premios y festejar la diáspora-, carreras ilegales de coches -tampoco ahora tiene sentido protestar, ya que se les va a hacer un documental apologético-, ni en definitiva nada de lo que habitualmente nos producía malcontento, que ahora la maldad está representada y personificada en los cerrajeros y su publicidadÉ ¿No lo decía Jerónimo? ¡Este mundo es fantástico!

Antes de que nadie me diga nada, supongo que habrán pillado que todo esto iba en plan irónico.