Ya no les funcionan ni las contraprogramaciones: el esperpento de Pepiño, autoconvertido en víctima de las víctimas del terrorismo que, según dice, pedían a la ETA que lo matase, indica hasta qué punto los progres están fuera de la realidad y/o derrotados. El esperpento, claro, apenas duró cuatro horas.

Pepiño salió a la palestra para soltar tinta de calamar ante una noticia que se espera cristalice hoy y que puede dar un vuelco absoluto a todo lo relacionado con el 11-M. Ni que decir tiene que un vuelco absoluto del 11-M pondría boca abajo todo el panorama político español.

La noticia se refiere al resultado de los análisis -¡hasta ahora no los habían hecho!- de los explosivos que volaron los trenes el 11 de marzo de 2004.

La tarde del pasado domingo fue trepidante. Noticias de City FM Radio señalaban que según algunas filtraciones el explosivo del 11-M no había sido goma-2 Eco. De ser así, se acabó la historia de la dinamita asturiana: no se puede relacionar con los atentados a Trashorras y compañía ni a los moritos que se «suicidaron» en Leganés ni nada de nada.

Por cierto, City FM Radio es una modesta emisora de Madrid, pionera en desvelar la nube de mentiras y contradicciones de la versión oficial sobre el 11-M, que fuera de la capital se puede coger sólo por internet. Dicho de otra manera, las nuevas tecnologías de la comunicación se imponen de forma acelerada si tras ellas hay gente competente y valiente.

Una tarde trepidante porque a las ocho estaban convocadas en más de 50 ciudades las concentraciones mensuales de los Peones Negros para exigir la verdad sobre los atentados. En la concentración de Oviedo, en la plaza de la Escandalera, no se hablaba de otra cosa.

A ver qué se sabe por fin hoy. Si es como se dice, si en los explosivos no había nitroglicerina, Trashorras y los suyos, a la calle; los «suicidios» de Leganés quedan sin explicación, el sumario se viene abajo, la versión oficial queda en nada y volvemos al 13 de marzo de 2004: queremos saber.