La llegada, parece que definitiva aunque tardía, de la primavera nos trae un sinfín de sabrosos asuntos en los frentes más diversos que demuestran que el país, a pesar de la victoria de ZP, sigue estando en forma y preparado para tirar del carro. Para muestra, unos botones.

Mallorca. Se ha sabido que un hasta hace nada concejal del PP, ultracatólico, casado y con nada menos que cinco churumbeles, realizó, entre muchas otras, 118 visitas a su puticlub gay favorito de la isla en poco más de un año entre 2006 y 2007. El prenda era tan espabilado que abonaba las «consumiciones» con la Visa de una empresa municipal. Un amigo malpensado se preguntaba si las 118 veces preguntó por el mismo chico. De ser así, parecería lógico que su señora comenzara a preocuparse.

Cuenca catalana del Ebro. Pues ahora resulta que lo de los trasvases no debe de ser tan mala idea. Montilla y sus secuaces comunistas e independentistas quieren solucionar la sed de la capital de ese «pequeño país entre España y Francia», que diría el botarate de Laporta, trasladando H2O del Segre al Llobregat. Lo de recibir agua por barco desde una desaladora almeriense les parece too much. ¿Y a quién no? La De la Vega, recién salida de su escondrijo, ha dicho que naranjas de la China. No quiere más carcajadas entre los cenizos del PP valenciano. Resulta cuando menos curioso que tenga que ser el charnego Montilla quien acabe dando la razón a quienes defendemos que, si sobra agua en un río, lo lógico es llevarla a otro que la necesite.

Burjassot. Un ladrón es sorprendido robando en una funeraria y se hace pasar por muerto para intentar escapar. El problema es que se expuso en una urna de cristal sin ataúd, ataviado con un chándal -parece ser que del Atleti de Madrid- y calzando zapatos blancos. La poli lo trincó inmediatamente, claro. ¿Cuándo comprenderá el personal que, incluso para robar, hay que ir bien vestido?

Huelva. Resulta que el desalmado que asesinó a la pobre niña de Huelva estaba condenado por pederastia, pero al juez que le impuso la pena se le olvidó meterlo en la cárcel. Un pequeño detalle sin importancia, digamos, que deja en evidencia el estado en el que se encuentra el país. A todo esto, al portavoz del CGPJ se le ocurre decir que habría que plantear el debate sobre la cadena perpetua para delitos como éste, y seis vocales «progresistas» de ese organismo proponen su cese por ello. El mundo progre siempre tan apegado al derecho de libertad de expresión. ¿Acaso no existe cadena perpetua en la totalidad, prácticamente, de los grandes países democráticos del mundo?

Supervivientes. Ha ganado el concurso Miriam Sánchez, actriz porno reconvertida en asidua de programas bazofia y novia del genial Pipi Estrada. Parece que tuvieron un peso decisivo en su victoria las palabras que le dedicó a su «supercari» en directo semanas atrás: «Cuando vuelva a casa te voy a echar un polvorón que te voy a reventar». Con mujeres así, quién necesita películas picantes.

Cuba. En nuestra última provincia de ultramar el magnánimo hermano del líder supremo ha decidido permitir que los cubanos puedan entrar en hoteles de turistas. Se trata de hoteles situados en la misma Cuba, no vayan a pensar. La decisión se interpreta como un gesto de apertura. Imaginen si la cosa está cerrada. Dicen que Llamazares ha protestado ante tanta generosidad.

Chelsea, Londres. El mandamás de la Federación Internacional de Automovilismo, un tal Mosley, harto de que nadie conociera su nombre, se corre, ante las cámaras de un tabloide entrometido, una juerga sadomasoquista con varias señoras de mala vida en la que se recrean escenas de la Alemania nazi. Desde luego, el ser humano sigue siendo un enigma.