Hace doscientos años, el 2 de mayo de 1808, un grupo de patriotas madrileños inició la rebelión contra la invasión napoleónica de España. La cosa prendió y terminó en la Guerra de la Independencia.

Hoy, 2 de mayo de 2008, ya no quedan franceses en Avilés, porque se marcharon ayer por la mañana. Levaron anclas docenas de veleros de nuestro puerto deportivo, donde estuvieron anclados durante varias jornadas en un fin de etapa de la Regata Saint-Nazaire-Avilés-Pornichet. Estos días se estuvo oyendo hablar y cantar alegremente en francés por calles y establecimientos de la villa. Sin embargo, hace 200 años eso nos hubiera mentado la bicha. Cosas de la relatividad histórica.

Y como todo esto nos coge en pleno hervor de cambio, con lo de la erección cultural de San Oscar Niemeyer y los planes para el parto de la Isla de la Innovación, da pie a pensar que estamos asistiendo al renacimiento de la imagen de Avilés, pero ahora potenciada internacionalmente hasta unos niveles desconocidos por estas latitudes.

Llevamos un tiempo sacando la cabeza de aquella mareona de crisis y no nos dábamos cuenta de ello. Ahora el agua ya sólo nos llega por el ombligo. Por lo que deberían ser de general conocimiento algunas cosas singulares.

Por ejemplo, que el jardín de multinacionales que tenemos en Avilés nos genera marca. Reparen en que los componentes de aluminio que hacen tan singular el automóvil Audi los fabrica Alcoa; que otro coche de gama alta como el BMW está fabricado a partir de un proyecto de carrocería de acero ultraligero en el que participó Arcelor a través de su Centro de Desarrollo Tecnológico del Acero de Avilés; que los parabrisas de cientos de miles de automóviles o las pantallas de televisión y ordenadores salen de Cristalería Española (Saint-Gobain) de Avilés.

¿Sabían que la factoría de Asturiana de Zinc, instalada en San Juan de Nieva, es la mayor productora mundial de ese metal? ¿O que la Du Pont tiene centralizado en Tabaza el control financiero de todas sus plantas europeas?

Ahora mismo, y por primera vez en siglos, Avilés es la ciudad asturiana que está más de moda, a la moda y por la moda. Por un lado está la marca deportiva local Joluvi, presente con sus prendas por todo el territorio nacional.

Y por el otro, la Dirección General de Turismo, el martes pasado, ha elegido las tiendas de la empresa avilesina Los Telares (125 puntos de venta en España) para iniciar una novedosa campaña de promoción del Principado de Asturias en varias ciudades de nuestro país, inaugurando así un nuevo tipo de promoción que utilizará los escaparates y las propias tiendas de la cadena textil avilesina para dar a conocer nuestros recursos turísticos regionales.

Ya están aquí los tiempos del «Made in Avilés». El prólogo de una nueva y desconocida realidad e imagen de la ciudad en el mundo. Por lo tanto, y de acuerdo con Marx (facción Groucho), ¡más madera, que es la guerra! Porque no hay genio sin locura, ni prodigio sin desorden.