Zaplana salta por la ventana, Soraya coge el timón y mete el remo, Acebes zapica en paracaídas: los conductores de los telediarios se delatan al exhibir su sonrisa más ancha mientras ofrecen semejante cadena de noticias.

La contra -en España, tal que en los regímenes totalitarios, la contra no es la oposición, sino el Gobierno- tras alcanzar sus últimos objetivos -Zaplana y Acebes, de bestias negras a puro humo- se deshace en elogios hacia la new wave socialdemócrata del PP -vamos, el ala popular del nuevo PSP-, mientras la vieja guardia aznarista se agita más despistada y desolada que un pulpo en un garaje.

Tiernón, hasta ahora conocido como Gallardón, prepara la siguiente mutación para convertirse en Bonón o Bollardón -ortografías aparte, suena a vieja nobleza eslava y eso nunca sobra-, el centauro perfecto, mezcla de Bono y de Gallardón, para presidir el partido síntesis, el PSP del final de todos los tiempos.

Así las cosas, me parece imprescindible entresacar dos ideas de «Cartas a un joven español», excelente libro de José María Aznar. Debería ser de lectura obligatoria en Educación para la Ciudadanía.

-«La continuación de España como proyecto sólo es posible gracias a la alternancia pacífica en el poder de quienes comparten una misma idea nacional».

-«La promesa de un hombre nuevo es la gran impostura, la gran falsificación ideológica del siglo XX. Quizá también del XXI. Combina dos elementos que nos son bien conocidos. En lo intelectual, la imposición de una verdad oficial de carácter absoluto que nadie puede discutir; en relación con la voluntad, la sumisión de la libertad a las leyes y los dictados del orden social y del Estado».

¿A que queda muy claro por qué pasa lo que pasa, por qué sobran Aznar y los aznaristas, por qué el pacto PSOE-PP en curso es lo menos malo, por qué sonríen tanto algunos?