La prevista regasificadora en El Musel está en candelero. El llamado «gas natural» es una mezcla de gases donde el metano (CH4) constituye más del 70%. Otros gases que pueden estar presentes en proporciones apreciables son el nitrógeno (hasta el 20%) y el dióxido de carbono (hasta el 20%). En España el gas natural será la fuente de energía que presentará un mayor crecimiento en el decenio, hasta representar un 22% del total en 2010, frente al 12% en 2001.

Desde el yacimiento, se obtiene el gas natural y se le extrae el calor para hacerlo líquido. Licuado a -161º y a presión atmosférica disminuye su volumen unas 600 veces, lo que facilita su transporte en barcos metaneros, no es corrosivo ni tóxico. Vaporizado, es inflamable en un rango de concentración entre el 5 y el 15%, al ser más ligero que el aire, tiende a elevarse en su dispersión.

Se trata de una fuente de energía menos contaminante que las centrales térmicas de carbón clásicas (emite un 40% menos de CO2), aunque también perjudica el cambio climático. En el proceso de regasificación el gas natural licuado, desde los tanques de acero criogénico, es vaporizado elevándose la temperatura del gas licuado utilizando el agua de mar, convirtiendo así el líquido en «gas natural», que tiene alta eficiencia térmica en la generación de electricidad.

En Europa y Norteamérica las regasificadoras tienden a situarse alejadas de las poblaciones (al menos 2 kilómetros) y aisladas de áreas de materiales combustibles. Aunque improbables, hay que prever accidentes en el metanero, fugas en las tuberías, disparos por sobrepresión en los tanques o roturas en los brazos de descarga en el pantalán. Para que la combustión se produzca de forma violenta la mezcla de gas natural-aire ha ser activada por una fuente de ignición.

Las directivas europeas (del Consejo 82/501/CEE, real decreto 1254/1999, de 16 de julio, sobre sustancias peligrosas, modificado por RD 119/2005, de 4 de febrero), establecen la necesidad de estudio de impacto medioambiental, de prevención de riesgos laborales, plan de emergencia interior y plan de emergencia exterior, y se establece una zona de exclusión de 500 metros sin viviendas ni áreas de riesgo.

Es cierto que las necesidades energéticas deben planificarse a escala nacional. España obtiene el gas de Argelia, mediante un gasoducto que llega a Almería, de Lacq en el sur de Francia y de Holanda. Hay que considerar si España necesita tres regasificadoras en el norte (Ferrol, Gijón y Bilbao). Hablamos de tanques que miden unos 50 metros de altura por 75 de diámetro y pueden almacenar 150.000 m3.

Sin tener una postura cerrada sobre el tema, parece claro que la de Ferrol (en la estrecha ría, frente a la ciudad) debería trasladarse al puerto exterior, y que la de Gijón, como mínimo, debe estar aislada y vigilarse el cumplimiento estricto de la normativa de seguridad, en especial los 500 metros de separación con los grandes depósitos de carbón, y a cuanta mayor distancia de la población, mejor; el Hospital de Jove está a 2 kilómetros y en alto.