Hace ya cuatro años que se consolidó en España el matrimonio entre personas del mismo sexo. Una nueva ley progresista de carácter igualatorio, haciendo posible que a estas parejas se les otorguen los mismos derechos que a las parejas heterosexuales.

Todos deberíamos estar orgullosos de que en un país como España, granero del catolicismo, se haya por fin conseguido estar a la vanguardia de una gran conquista social, siendo pionera en lanzar al mundo un auténtico mensaje de esperanza, al protagonizar con más de 13.000 matrimonios que se vieran reconocidos sus derechos.

Por fin estamos consiguiendo acabar con aquellos tiempos de represión donde todo estaba adornado con antifaces que enmascaraban la realidad, y debemos seguir luchando por que puedan mostrarse tal y como son. ¡Al natural!

Los representantes políticos deben dar un paso adelante, asumiendo por propio convencimiento los valores de respeto y tolerancia hacia la identidad y orientación sexual de las personas y el compromiso de introducir en las actividades educativas complementarias de los centros docentes programas que incidan específicamente en la necesidad de acabar con los prejuicios y favorecer actitudes de respeto y tolerancia hacia la diversidad afectivo-sexual.

Parece ser que una de cada diez personas que han nacido en nuestras familias son lesbianas, gays, transexuales o bisexuales. Queramos o no, son nuestros hermanos, primos, hijos, amigos e incluso, ¡hay que decirlo!, padres y madres. Este día que «ellos» llaman del orgullo gay, para todos nosotros debería ser el día del orgullo ciudadano. Debe ser el día en que los hombres y mujeres que creemos en la solidaridad y la igualdad celebremos los derechos de estos colectivos. Celebremos que todos/as sean ciudadanos y ciudadanas de pleno derecho. Que todos/as tengan el derecho a que en sus documentos conste su nombre y su sexo, tal y como son. Que todos/as puedan elegir entre casarse o no casarse. Que sus familias sean tan legítimas como las del resto de los mortales. Que puedan disfrutar de los mismos beneficios fiscales. En definitiva, debe también ser nuestro día, pero aún queda mucho por conseguir. ¡Hagámoslo posible!