Fran Llera Blanco regresó al Principado de Asturias, después de tres largas semanas de intenso periplo competitivo por Alemania e Italia, con sendas flamantes medallas guardadas en sus alforjas: una reluciente, de oro, conquistada el pasado sábado, en K-1 500 metros, en Pescara, en los Juegos del Mediterráneo; y otra de bronce, ésta ganada en los relevos K-1 4x200 metros, hace escasos días, en Brandenburg. Dos preseas que ponen de claro manifiesto el soberbio papel despachado por el palista riosellano en su relanzada carrera internacional en la modalidad individual de kayak, tras haber sido diploma olímpico en Atenas-04 (con el leridano Vindel).

Cuando todo apuntaba a que Fran Llera (Feve-Oviedo Kayak), que entrena en el equipo nacional masculino de kayak bajo la supervisión del técnico luanquín Miguel García Fernández -el mismo que dirige la preparación de los campeones olímpicos Saúl Craviotto Rivero y Perucho Pérez Ríal, también medalla de oro en los Juegos del Mediterráneo-, había hecho correctamente los deberes -y con nota- con vistas al Mundial del próximo mes de agosto, resulta que aún le resta pasar la «reválida» en un control interno previsto para el 5 de agosto. Los pasos dados hasta la fecha, o mejor dicho, la infinidad de paladas acometidas a lo largo de tantos meses de intenso trabajo podrían quedar en nada, en el peor de los casos.

Con la llegada del nuevo presidente de la Real Federación Española, Juan José Román Mangas, se habían establecido -por escrito- unos rigurosos criterios para los palistas aspirantes a vestir la elástica del equipo nacional en las distintas competiciones internacionales: Europeo, Juegos del Mediterráneo y Campeonato del Mundo. Con ello, se trataba presumiblemente de hacer borrón y cuenta nueva con respecto a la manera de actuar en otros tiempos, bien recientes, por lo que los propios palistas conocían con la suficiente antelación las pautas a seguir para tratar de ganarse el derecho de defender el pabellón español en las grandes citas de la actual temporada de 2009. Ése era, en un principio, el cambio prometido: claridad y rigurosos criterios selectivos.

El riosellano Fran Llera, para acudir al Europeo de Brandenburg, tuvo que vencer, en K-1 500, en el Campeonato de España máster, adjudicándose por méritos propios la única plaza que estaba en juego en esa modalidad y distancia. Era el primer peldaño que había que escalar con vistas al Mundial de pista. Después, la siguiente premisa consistía en entrar en la final del Campeonato de Europa, cosa que también cumplió con creces el palista del Feve-Oviedo Kayak. A continuación, a tenor de los controvertidos criterios de selección, debería quedar por delante del segundo K-1 español en los Juegos del Mediterráneo. Prueba igualmente superada, incluso diría que bordada, con nada más y nada menos que la medalla de oro para el kayakista de Ribadesella.

Pese a todo lo cosechado, a Fran Llera -un deportista al que nunca le ha gustado verter explosivas declaraciones- lo van a someter a nuevos controles selectivos, junto a otros aspirantes, sin tener en cuenta lo realizado en la actual campaña. Una decisión técnica, si es que se lleva a cabo, nada justa y que pone de manifiesto una política de «bandazos» en el seno de la selección nacional. ¿Por qué no son válidos ahora los criterios selectivos publicitados, en lo concerniente a las tripulaciones individuales? No quiero pensar que existan intereses oscuros en perjuicio del riosellano, al que le sobran virtudes para representar a España en el Mundial de Dartmouth, salvo que un mal día -el del citado control de marras- lo eche todo por la borda.