Parece que por mucho que se repitan los mismos argumentos sobre la Escuela Superior de Arte Dramático de Gijón aún hay quien siente la necesidad de apostillar, aportando afirmaciones que, a base de ser repetidas, pudieran parecer más creíbles. Lo más triste es que nuestros argumentos empiezan a ser negados con verdaderas salvas de palabras gruesas y descalificaciones que no hacen sino enrarecer, confundir y provocar desinformación a la opinión pública asturiana.

Las razones que defiende la Administración educativa asturiana tienen la fuerza y solidez que aporta la realidad de los hechos, por eso no necesitamos utilizar expresiones altisonantes ni mucho menos descalificaciones personales para defenderlas. Se pueden negar todas las evidencias con falsas realidades o con medias verdades; sin embargo, la propuesta que se plantea desde la Consejería de Educación y Ciencia para la Escuela Superior de Arte Dramático resulta sumamente fácil de entender.

En la ESAD se imparten dos especialidades: una de ellas es la de Interpretación, que ha alcanzado un aceptable grado de demanda por parte de las alumnas y alumnos que aspiran a convertirse en actores. Sin embargo, la segunda especialidad que oferta la Escuela, la de Dirección de Escena, no cumple con las expectativas generadas en el momento de su puesta en marcha, en el año 2002; dicho de otro modo, esta alternativa cuenta con muy escasa demanda de alumnado.

El gasto que conlleva la oferta de ambas especialidades es muy elevado, pero en el caso de Interpretación está sobradamente justificado porque así lo demuestra su grado de aceptación. No ocurre lo mismo con la especialidad de Dirección de Escena, una alternativa que no ha alcanzado el respaldo social previsto inicialmente y que no ha logrado despuntar en cuanto al número de alumnos.

Algunos sectores indican que esta baja demanda se repite en escuelas similares ubicadas en Madrid o Barcelona. No obstante, cada comunidad autónoma debe llevar a cabo su propia planificación y la situación en cada una de ellas no es comparable. En este contexto, el Gobierno del Principado de Asturias tiene la responsabilidad de justificar ante toda la sociedad un correcto planteamiento de su presupuesto y de unos recursos que debe canalizar de la mejor manera posible para obtener el máximo rendimiento y, sobre todo, una alta rentabilidad social.

La Administración educativa asturiana ha constatado en estos años que la inversión necesaria para mantener determinados estudios es excesiva para el escaso rendimiento social que se obtiene y por eso ha tomado la decisión de suprimir la especialidad de Dirección de Escena y destinar ese presupuesto a impulsar una alternativa artística con mayor demanda: la Danza.

A pesar de los cambios, la Escuela Superior de Arte Dramático continuará siendo un Centro Superior y mantendrá la especialidad de Interpretación. A su vez, la especialidad de Dirección de Escena cesará su implantación en el horizonte del año 2012, después de haber formado a siete promociones de licenciados.

Para aprovechar al máximo el equipamiento de la ESAD, se irán implantando progresivamente los nuevos estudios de Danza, una especialidad para la que se espera un significativo número de alumnos, según las previsiones que maneja la Consejería de Educación. Sin embargo, estos cambios no dejan cerrada la posibilidad de incorporar al centro, a medio plazo, nuevas especialidades incardinadas en las enseñanzas superiores de Arte Dramático. El futuro de la Escuela dependerá en gran medida de lo que determine el desarrollo de la ley Orgánica de Educación en este ámbito.

Éste es el panorama actual de la ESAD y no otro, por más que determinadas personas quieran malinterpretar su situación.

Desde el Gobierno asturiano estamos convencidos de que las nuevas expectativas de la Escuela, que en todo caso mantendrá su consideración de Centro Superior, contribuirán a aumentar su rentabilidad social y ofrecerán alternativas de formación a un mayor número de alumnos. Además, los cambios en el centro permitirán también distribuir las partidas presupuestarias con mayor equidad y convertir a la ESAD en todo un referente en cuanto a oferta educativa de Enseñanzas Artísticas.

Las nuevas vías de futuro que se abren en la Escuela serán especialmente positivas y nos permitirán avanzar hacia una concepción más abierta y multidisciplinar del arte.

Roberto M. del Campo es Jefe del Servicio de Enseñanzas Artísticas de la Consejería de Educación y Ciencia.