Escribo estas líneas «el día sin coches». Toda una broma pesada para el que coge su bicicleta para desplazarse por Oviedo. La ciudad que presume de ser una de las más peatonales, es, junto con Alicante, la que más desprecia a la bicicleta, según un estudio de la revista «Consumer». Incluso por la zona peatonal está prohibido circular en bicicleta. La Policía Local es más severa con el ciclista que se adentra por esa zona que con el coche particular que se hace el despistado transitando por ella. Parece que es más fácil crear aparcamientos por doquier que coger un bote de pintura y trazar un carril bici por calles cerradas a los vehículos. Por las calles abiertas al tráfico ir en bicicleta es una temeridad. No hay ni un carril-bici para poder ir a grandes centros de trabajo como facultades universitarias, hospitales o Administración, y la falta de cultura cívica para respetar al ciclista sólo es comparable a la desidia municipal para alterar esta situación.

El clima no es peor aquí que en centroeuropa, y la orografía de Oviedo no es tan compleja como para disuadir del uso de la bicicleta normal, en la actualidad liviana y con muchas velocidades, o eléctrica. No se pretende que desaparezcan los coches, basta con que no desaparezcan los pocos ciudadanos que se atreven a usar la bicicleta como medio de transporte por la ciudad y, a ser posible, que no desaparezcan bajo las ruedas de esos coches.

Si se quiere dar un salto cualitativo en la imagen de Oviedo como ciudad europea del siglo XXI, con una movilidad sostenible, la política no puede ser hacer más aparcamientos en el centro, fomentando el uso del coche, sino disuadir de su uso con mejor transporte público y reservando parte del asfalto para el uso de bicicletas.

Sólo es cuestión de voluntad política afrontar ese cambio y preguntarse ¿por qué no? Basta con coger un mapa de Oviedo y trazar una red de carriles-bici que comunique los barrios con el centro y con los grandes centros de trabajo. Si hay que privar de un trozo de calzada a los vehículos, hágase. En su día se puso el grito en el cielo por la peatonalización, y ahí está.

Espero que ningún concejal haga la gracieta de pasearse en bici por la plaza del Ayuntamiento para la foto de prensa. Pueden ponerle una multa.