Los políticos quieren quitar importancia a la austera medida de suprimir «enchufes» en la Administración del Estado y echan mano del socorrido tópico «eso supone lo que el chocolate del lorito». Posiblemente la cuantía sea discutible, pero el número de beneficiarios es inaceptable.

Se llama creación de puestos de trabajo, expresión eufemística que debería sustituirse por creación de «enchufes».

¿Cuántos existen en comunidades autónomas y ayuntamientos? Los crean los partidos políticos para premiar los servicios prestados a sus militantes. La fidelidad se paga con cargo al presupuesto.

El esperado recorte de cargos públicos que impone la austeridad tan invocada por eso de la crisis, ha defraudado. Tanto el Gobierno central como los autonómicos y ayuntamientos se resisten con la milonga del chocolate. No todos los enchufes son de menor cuantía. La cúpula de entidades estatales comprende a los altos directivos de Renfe, Aena, Paradores Nacionales. Las secretarías de Estado se mantendrán hasta que termine el mandato español en la Unión Europea. Ya veremos.

En julio se cumple el mandato, no es muy larga la espera, aunque sí la incertidumbre de los «enchufados» en los ministerios de Igualdad, de Vivienda y de Política Territorial. Algunos son personajes muy nombrados en el PSOE, sin más titulación que la de «leal militante de toda la vida».

¿No convendría pensar en un asilo para políticos afectados por la austeridad que impone la crisis?