Diez días, una secuencia rapidísima, que vista a posteriori produce auténtico vértigo y que, en todo caso, ha cambiado la historia contemporánea de España.

1) El miércoles 5 Zapatero recibió a Rajoy en la Moncloa. El líder del PP, llevando un mensaje propio y sin duda también de terceros, incluidos dirigentes internacionales, porque la situación era desesperada, pidió un recorte radical del gasto. Zapatero dijo públicamente que ni hablar.

2) El viernes 7 la Bolsa española experimentó la mayor caída de su historia y los dos grandes bancos perdieron el 20 por ciento de su valor en sólo unas horas. Rozaron el horror. Si los dos grandes bancos españoles quiebran, España se va al pozo, la Europa unida salta por los aires y EE UU se resfría.

3) El domingo 9, por la tarde, se filtró que el Gobierno español iba recortar el gasto este año en 5.000 millones de euros y el que viene en 10.000 millones.

4) El lunes 10, de madrugada, se supo oficialmente que la UE concedía a España ayudas por valor de 280.000 millones de euros. La líder alemana, Angela Merkel, pidió más recortes del gasto y dejó claro que era quien mandaba en España.

5) El martes 11 el presidente Obama llamó por teléfono al presidente Zapatero y le instó a concretar los recortes. La soberanía española cayó hasta simas abisales.

6) El miércoles 12 Zapatero compareció en el Congreso y en dos patadas presentó un programa de recortes como no se habían visto desde la batalla de las Navas de Tolosa, tirando por la borda en un pispás todas sus políticas, discursos, principios, alforjas, dimes y diretes de seis años de Gobierno.

7) Tal día como hoy hace una semana estuvimos al borde mismo del colapso, entre otras cosas, porque aún 48 horas antes el presidente del Gobierno había negado la dramática realidad. Queda el escalofrío, los anuncios de huelgas y, sobre todo, un panorama como aquel de hace 30 años, que son los que vamos a perder.