La iglesia de los Franciscanos (siglo XII), que fue durante siglos parroquia de San Nicolás de Bari, es el emplazamiento más vetusto de Avilés. Trasciende de lo religioso para erigirse en símbolo de muchas épocas a las que ha sobrevivido a pesar de las puñaladas arquitectónicas que le asestaron. La última fue hace casi setenta años, con la construcción de un convento adosado a su ábside. Blasfemia urbanística que fue excomulgada y castigada con el derribo del adefesio. Y cuando la estaban comulgando con sus orígenes han parado las obras y ha quedado envuelta en lonas mugrientas.

Este edificio, de mérito superlativo, está situado en la plaza más antigua de Avilés. En un lugar que tiene la enigmática virtud de reconcentrar la historia, no sólo de la milenaria villa, sino de Asturias, con toda su fuerza y eficacia. Es un foco desde el cual se propaga o ejerce de espejo la historia de nuestra región. En otra ocasión tengo hablado de él como un epicentro del volcán histórico asturiano que, periódicamente, entra en erupción.

Hay otros lugares meritorios en Asturias, pero ninguno como esta colina sagrada, que reúne la iglesia mencionada, la famosa capilla de los Alas, la mansión de Estanislao Sánchez-Calvo (uno de los más famosos -y malditos- filósofos asturianos), una pequeña imprenta donde nació la galaxia Gutemberg local de la mano del tipógrafo ovetense Pruneda, los alfolíes legendarios? Lamiendo la colina estuvo el puerto de Avilés (líder export/import en la Edad Media). Y también al lado, separado por la ría, se emplaza y divisa el gran casquete (no deriven hacia la interpretación lasciva) esférico del Centro Cultural Internacional Oscar Niemeyer. Aquí está hoy esa gran conjunción de ayer y de mañana.

Junto con mis amigas Bea, Cris y Sandra convinimos hace un mes que éste era el lugar que albergaba el pasado más remoto (la iglesia medieval) y el futuro más próximo (ese Niemeyer con vocación cultural universal). No le den más vueltas: el sitio más enfocado de Asturias.

A un costado de la plaza, por donde empieza a deslizarse la calle La Ferrería hacia el parque del Muelle (secular emplazamiento del puerto avilesino, hasta hace poco más de cien años), se comenzó a levantar el Centro de Interpretación de la Historia Urbana de Avilés. El sitio es ideal, pero hace casi un año han interrumpido las obras.

Tenemos una iglesia construida en el siglo XII y una nueva obra, en construcción, del XXI, en pausa. Y eso es mucho de ayer y parte de mañana.

No me gusta. Aquí hay peligro.

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